“No dejo de oír a la gente pidiendo auxilio, su hilo de voz perdiéndose en la oscuridad y la silueta de un hombre en el techo de su coche alumbrada por...
- 22/12/2019 00:00
Obrigada pela tua amizade
El viernes 20 de diciembre se marcharon del país la pareja portuguesa que tuvo el honor de abrir la primera embajada de ese país en el nuestro. Pedro Pessoa e Costa y su esposa Ana, fueron agasajados en muchas fiestas y el gobierno nacional los condecoró. Este diario publicó una magnífica entrevista al amigo, calificándolo de “un diplomático atípico”.
Los que disfrutamos de su amistad y su permanente entusiasmo lo vamos a echar de menos. Al momento de su partida era el vicedecano del cuerpo diplomático, que lo ocupan aquellos embajadores que tienen más antigüedad en el país, (el decanato lo ocupa tradicionalmente el Nuncio Apostólico, por ser el representante del Papa).
Después de cuatro años de misión, no podemos dudar de que el embajador Pessoa levantó una conciencia sobre el país que vino a representar y una marca país.
Pedro y Ana no fueron embajadores solamente de cócteles y cenas. Se involucraron con la comunidad de El Chorrillo, el barrio mártir que sufrió los peores bombardeos durante la invasión a Panamá, hace 30 años, porque allí hay una parroquia de la Virgen de Fátima, que tiene tantos devotos. Incluso, cuando el presidente luso visitó Panamá, en enero de este año con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), estuvo en la iglesia y conoció la obra social que ha llevado a cabo la embajada. Dice, sin titubeos, que ellos han recibido mucho más de El Chorrillo que lo que les han dado. Cuando la imagen de la Virgen de Fátima estuvo en Panamá en su peregrinar por la JMJ, la primera visita fue allí.
Esa jornada fue muy importante para el gobierno portugués ya que nos visitó el presidente de la república, el ministro de la juventud, el alcalde y el cardenal de Lisboa, 6 obispos, la Virgen peregrina, 300 peregrinos y recibieron la designación como la siguiente sede de la JMJ.
Sus efemérides, cuando el embajador convocaba a la comunidad, fueron inolvidables: La del año 1917 estábamos todos congregados en una recepción y la gente pendiente de los celulares porque el expresidente Varela anunció esa noche que rompía relaciones con Taiwán y las establecía con China y, en Miami, Ricardo Martinelli era apresado por los guardias federales. Al año siguiente, coincidió con la extradición de este individuo y el inicio del juicio que se le siguió en la Corte Suprema. Definitivamente que cuando Pedro invitaba siempre pasaba algo.
Ana, que presidió en 1917 la Asociación Diplomática de Panamá, organizando sendos eventos, trabajó 8 meses en los andamios de la Catedral, cuando se estaba restaurando. Ella tiene formación de la Universidad de Guildhall, de Londres, así como para capacitación de personas para cuidar del patrimonio, sobre todo en madera y pan de oro. También estuvo muy activa para la consecución de fondos para restaurar la pintura mural original de la hoy Basílica.
Los Pessoa también trajeron espectáculos de Fado, la expresión más conocida internacionalmente de la música portuguesa. En el fado se expresan las experiencias de la vida a través del canto. La famosa cantante de fado, Mariza, nombre artístico de Marisa dos Reis Nunes, que es una de las cantantes más populares de Portugal y de las de mayor proyección internacional, estuvo en 2017.
La diplomacia vinícola fue otra de sus permanentes actividades. También apoyó los festivales de danzas, de artes escénicas, el festival de cine y, por supuesto, la Feria del Libro, este año en el pabellón que montó la Unión Europea y donde se presentaron conferencias sobre el escritor más emblemático que tiene su país, Fernando Pessoa, que comparte con el embajador apellido y pasión por la cultura.
Su dinamismo es inagotable, introdujo muchos productos portugueses en el mercado, como textiles, vajillas (porcelana Vista Alegre), corcho, aceite de oliva, materiales de construcción y como siempre dice, el papel higiénico más sexy del mundo, marca Renova. Hoy día algunas empresas grandes de Portugal están haciendo obras en Panamá, tanto en tecnología como en infraestructura, energías renovables, productos farmacéuticos, etc.
Con un pequeño equipo logró abrir la embajada, hacer conocer su país, que hoy es uno de los destinos preferidos para hacer turismo, y apoyar a los más de 5 mil portugueses que hay en Panamá. Pero, sobre todo, los Pessoa, desde su apartamento frente a la bahía, se empeñaron en entender a Panamá, no solo la ciudad, sino el interior.
Antes de abrir la embajada, los asuntos portugueses se atendían desde Colombia. La apertura de una sede aquí fue una señal muy fuerte que el gobierno de su país envió para darle importancia a la región centroamericana e incluso el Caribe, donde la presencia sefardí portuguesa es muy relevante.
Su incesante labor alcanzó la enseñanza de la lengua portuguesa, estableciendo el Primer Centro de Lengua Portuguesa en la Universidad Tecnológica de Panamá. Hay actualmente unos 80 estudiantes panameños en Portugal. De forma categórica dice: “Solo los grandes hombres dejan legados. Yo soy un humilde embajador que vivió Panamá de forma intensa. Que hizo la diplomacia clásica y otras, pero que no me limité a ver el país por una ventana. La verdad es que Panamá me deja un enorme legado en mi corazón, nuestro corazón, sobre todo por la calidad de su gente”.