• 05/10/2016 02:00

No estamos bien

Estamos tan bien como el resto de los cuatro millones de personas que, ponemos nuestra integridad y futuro en las manos de este Gobierno

El viernes 30 de septiembre, en pleno día, nos robaron dinero de planilla, pagos de Allegro y personales. Estamos bien. Es lo que toca decir y agradecer.

Estamos bien: tan bien como el resto de los cuatro millones de personas que, cada día, ponemos nuestra integridad y futuro en las manos de este Gobierno y sus líderes.

Ayer me levanté con el mensaje de una vecina informando que, a su padre, esa mañana, en un barrio muy cercano al nuestro (donde vivo, no San Francisco), le habían disparado en la pierna para robarle el auto, el celular... es decir, lo que ya se ha convertido en lo ‘usual '.

En la tarde, mientras parte del equipo de Allegro se iba de policía a la DIJ, de declaración en declaración, una chica que colabora con nosotros nos contaba los detalles del robo al restaurante El Republicano en Coco del Mar. Ella estaba ahí.

No son ‘cuentos ' que les pasan a terceros. No es ‘percepción ', prensa amarillista o noticias exageradas a través de las redes sociales. Esto es en un círculo íntimo, a pocas horas de diferencia, realidad que se replica cada día más en una forma exponencial.

Se reacciona, se hace lo que se puede (sin entrar en detalles, vuelvo a decir que no hay equipo de gente más increíble que el de Allegro), arrestan a los tipos (cinco, armados, habían robado más dinero ese día —deben haberse dado cuenta de que la cultura no paga y que, como estamos, acaso si nos alcanza— la policía se vanagloria de su rápida acción—), se procesa todo, se piensa en lo que pudo haber pasado, no duermes y te das cuenta, todavía más, de cómo estamos, que este no es el Panamá que construimos cuando nos levantamos todos los días a dar lo mejor, que no es el hogar que queremos —ni vamos— a dejarle a nuestros hijos y nietos.

Estamos a salvo y eso es lo más importante: la gente de Allegro es mi familia. Pero no: no estamos bien y el camino hacia donde se está enfilando el país se ve cada día más oscuro.

A todos los que tienen que ver con el liderazgo de Panamá, entiéndanlo clarito: NO estamos bien. La incompetencia es evidente y clave, pero desafortunadamente, no es lo único. La polarización de la riqueza y el estancamiento económico en sectores que afectan directamente a quienes más lo necesitan, el aumento del costo de vida de una forma violenta y no cónsona con la situación actual, la hostilidad en las calles, la justicia selectiva, el enrarecimiento del ambiente (un ‘no sé qué ' que se puede cortar con cuchillo), son tan peligrosos como la incapacidad de tomar las riendas del país o esa lentitud inexcusable que ha degenerado en sorna, pero que es señal de una indolencia tan nociva como vergonzosa.

Mientras tanto, viene el papa, las donaciones se utilizan para campañas millonarias de un nivel de puerilidad aterrador y se citan estadísticas alentadoras de un Panamá que no alcanzamos a comprender.

No señores: no estamos bien.

GALERÍA ALLEGRO, PROPIETARIA.

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