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- 19/06/2022 00:00
Panamá en crisis
Es indudable que, por los hechos, Panamá está viviendo una crisis crítica que no es el resultado del gobierno actual, sino de una acumulación de muchos años y esto por dos razones, a mi juicio: lo que algunas personas han llamado el capitalismo salvaje, y lo que ha sido la diversión de la gente que gobierna, o sea la corrupción.
Los diversos gobiernos han tratado de aliviar la crisis, pero lo que hacen es agravarla con eso de los subsidios, los regalos politiqueros o el de hacerse los misericordiosos con las bolsas de comida, casas regaladas, etc. Han intentando tapar la olla de presión, y los resultados cada vez son peores, y ahora andan “del timbo al tambo” y la mejor solución que encuentran en medio de la crisis crítica, es echarle la culpa a la gente que protesta en las calles. Incluso escuché a un periodista decir que la gente que salía a cerrar calles eran unos necios que hasta cuándo los iba a soportar el gobierno, y otros haciendo recomendaciones de exhortaciones abiertas llamando a que se reprima violentamente a la gente que sale a cerrar calles; es decir, hacer más crítica la situación crítica.
El gobierno hace ingentes esfuerzos por tapar la olla: mucha propaganda en los medios, pero las cosas que hacen desvirtúa inmediatamente toda esa propaganda de bondades falsas. Ningún gobierno que ha pasado desde hace muchos años, ha intentado darle una solución cuerda, porque ellos son parte de la crisis. Los politiqueros siempre han buscado el gobierno para desde ahí hacer negocios y negociados con los fondos del Estado, agravando la situación de la crisis; todos recurren a los préstamos y los bancos internacionales se los dan con sumo placer, profundizando al máximo la situación y luego gran parte de ese dinero prestado lo usan para promover la corrupción. Panamá tiene una deuda externa de más de $45 mil millones y a ésta sólo le pagan los intereses; y para pagar los intereses los gobiernos piden más préstamos; y los problemas sociales aumentando y agravándose. Y lo peor es que no se vislumbra solución, porque la democracia que tenemos no lo permite. Para ocupar un puesto por elección se necesita tener mucha plata, y sólo ese elemento contribuye a la corrupción.
¿Qué hacer, entonces? No hay solución, la única es la que dan los gobiernos: mandar a la policía a darle palo y plomo, con gases lacrimógenos, a la gente que proteste, y si alguien quiere protestar, que hagan como dicen algunos, que cierren el traspatio de su casa para que no afecten los derechos de terceros, o como dicen los comerciantes, que protesten en su casa para que no afecten las ganancias. Pero esto es una tontera, la gente en medio de la crisis, sin empleo, sin dinero, sin salud, sin calles y sin comida, no ven derechos de terceros ni ganancias de los empresarios; y de paso sea dicho, los terceros y los empresarios comunes igualmente sufren, ya que tienen que cerrar a consecuencia de la crisis, pero mucho más la sufren, despiadadamente, los que dependen de un salario o los que están desempleados que cada vez son más y aquellos de salarios miserables; pero al parecer el problema de estos terceros no es importante a la grandeza de la corrupción y la ambición de los politiqueros.