• 22/02/2019 01:00

Panamá necesita un movimiento de reconstrucción

Todavía existe un número considerable de panameñas y panameños que estamos preocupados por una serie de problemas que nos aquejan

Todavía existe un número considerable de panameñas y panameños que estamos preocupados por una serie de problemas que nos aquejan: corrupción, desaceleración económica, alto nivel de delincuencia, incremento del desempleo, cierre de empresas, inequitativa distribución de la riqueza, baja calidad de la educación, desintegración familiar, cultura del ‘juegavivo', entre otras.

Algunos de estos problemas no son nuevos. Sin embargo, su crecimiento ha creado una crisis social, económica y cultural que no se puede ocultar. Esta crisis, en mi opinión, tiene su causa en el ‘modelo' sociopolítico que se ha desarrollado en el país, el cual ha colapsado, porque el mismo promueve la corrupción, el oportunismo, el síndrome del dinero fácil, las medias verdades, la desinformación y manipulación de los problemas que nos aquejan.

En mi opinión, hoy día, no hay institución ni estamento de la sociedad panameña que no esté contaminado con la corrupción, que no solo es propia de los políticos, sino que tiene diversas manifestaciones. Por ello, de poco sirve que, para las próximas elecciones, se presenten candidatos ‘escogidos' con el mismo método de siempre, y candidatos de libre postulación, que los que no están movidos por intereses ‘personalistas', no tienen una estructura orgánica y organizada, vinculada con los problemas nacionales.

Para dirigir un país, es necesario que los candidatos no estén contaminados con las prácticas del pasado, porque sería como sembrar semillas fértiles en un terreno estéril... sencillamente no fructificarían, como se ha demostrado en el pasado.

Lo que exigen el momento actual y la gravedad de la situación, es que las personas y grupos honestamente interesados en un mejor futuro para la sociedad panameña, se comprometan y promuevan la constitución de un gran Movimiento de Reconstrucción Nacional, que debe contemplar, por lo menos, tres (3) objetivos: No. 1— ‘resucitar' los valores de responsabilidad, honradez e integridad que se han perdido por la indisciplina social. Sin este cambio, ‘pueden llover millones de dólares sobre Panamá, que lo que se formaría sería una ‘arrebatiña' generalizado, sin utilizarlos en donde más se necesitan. No. 2— la confección de un verdadero Plan de Desarrollo Nacional Integral, que corrija el modelo económico actual, el cual se caracteriza por no ser ‘convergente', lo que ha dado como resultado un pequeño grupo urbano rico, un grupo urbano pobre, un Panamá rural más pobre y un grupo indígena en extrema pobreza. No. 3— depurar la estructura política de los actuales ‘partidos políticos', o sea, las élites de poder, que promueven el desarrollo del continuismo y estancan el desarrollo de la verdadera democracia.

Esta tarea demandará un alto grado de sacrificio personal, perseverancia y honestidad, ya que, por el arraigo que tiene el modelo actual, los resultados no se verán a corto plazo. Pienso que el no optar por un plan como el que he planteado, entonces debemos irnos acostumbrando a más de lo mismo, o sea, que el partido que gana las elecciones, gobernará con su gente y para su gente.

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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