Pararrayos: ¿dónde y cuántos?

A nivel nacional, siempre he estado ignorante de dónde están y cómo se distribuyen los llamados pararrayos, o protectores de descargas eléctricas a nivel nacional. En ese sentido los ciudadanos comunes y corrientes, como yo, no sabemos si dentro de nuestras áreas de residencia existen suficientes protectores de la vida de los ciudadanos contra las descargas eléctricas. En el último año han sucedido frecuentes accidentes y algunas muertes por descargas eléctricas por lluvias. Por eso me hago la pregunta: ¿qué está haciendo la empresa eléctrica encargadas de la instalación de postes, luminarias y cables eléctricos en las redes viales de la Nación para suplir de suficientes pararrayos en estas instalaciones, reguladas por leyes y reglamentos de estricto cumplimiento a nivel de la República. Si una lluvia sorprende a cualquier cristiano en un lugar abierto, sin la cantidad de pararrayos que se necesitan para tener, por lo menos, un nivel de seguridad física que mantenga tranquila a la ciudadanía, lógicamente el terror se apoderará de este ciudadano(a). El terror de un posible "rayazo" cuando caen estos "aguaceros" torrenciales con truenos y rayos en áreas semiurbanas y rurales, suben los niveles de estrés, lo que puede producir un infarto. y si usted se encuentra fuera de casa y a pie y lo sorprende una descarga eléctrica caminando hacia su hogar en pleno campo abierto, tendrá que encomendarse a Dios para que no le caiga uno. Por lo tanto, le sugerimos a las empresas eléctricas, poner atención a estos temores, especialmente en donde se están construyendo carreteras nuevas en cuyos trayectos se han eliminado un sinnúmero de postes eléctricos. La Biblia dice en Prov. 27,3 lo siguiente: "… Informate bien del estado de tu rebaño (Para que no lo pierdas )"... Los ciudadanos esperamos que lleven a cabo el programa de revisión de las instalaciones de protección de descargas eléctricas frente a las leyes y reglamentos que regulan esta materia, porque también dice la Biblia en Eclesiastes 4,5: "… No des a alguien un motivo para que te maldiga. Pues, si alguien te maldice movido por su amargura, Él (Dios), que lo ha creado, escuchará su suplica".