• 13/03/2022 00:00

Pasos simples para lograr sanación

“[...], nos podemos sanar, en el sentido de que podemos usar esa experiencia de sufrimiento para mejorar nuestros vínculos, para redescubrir algo dentro de nosotros, para callar la mente y el cuerpo, con el fin de sentir paz [...]”

En los últimos veinte años, desde la creación de Life Blends y hasta la conformación de un movimiento de alimentación saludable en Panamá, hemos invertido tiempo y esfuerzos en educar a la población sobre la relación entre los estilos de vida y la salud. También hemos impulsado el conocimiento sobre los beneficios de la medicina ortomolecular en relación a la predisposición de enfermedades crónicas no transmisibles, sin el uso de medicamentos ni tratamientos quirúrgicos. Evidencia que hoy en día es más relevante que nunca.

La convicción que tenemos ahora es más contundente que antes, porque la información que manejamos indica que no solo se pueden revertir enfermedades cardíacas y varios tipos de cánceres, sino también muchísimas otras. Y mientras más enfermedades y mecanismos fisiológicos se estudian, más motivos existen para explicar por qué simples cambios de estilo de vida son tan importantes, y lo rápido que la gente puede, no solo sentirse mejor, sino mejorar de maneras significativa.

La otra parte, y es la razón por la cual somos tan apasionados con el trabajo que hacemos, es que nos permite ayudar a la gente cuando está sufriendo, sea de forma física o emocional, y a menudo en ambas. Digamos que diagnostican a una persona con una condición que pone su vida en riesgo; existe una oportunidad real para transformarse que va aún más allá de la curación física, también es psicosocial, emocional y puede llegar a ser hasta espiritual.

Entonces, todo esto contribuye a crear un campo novedoso dentro de la salud llamado “medicina del bienestar”, un área de la ciencia que está apenas naciendo y que utiliza cambios en los estilos de vida, no solo para prevenir enfermedades, sino también para tratarlas y muchas veces revertirlas. El proceso consiste de cuatro elementos. Primero, una dieta basada en alimentos nutritivos, principalmente a base de plantas y hierbas, bajo en grasas y bajo en carbohidratos refinados. Segundo, técnicas para controlar el estrés basadas en la meditación y el yoga.

Tercero, sesiones de ejercicios moderados, como caminar media hora por día. Y cuarto, terapias de “coaching”, basadas en amor y cariño. O si queremos simplificarlo, se resume en comer bien, moverse más, preocuparse menos y amar más.

Y eso es todo. Estos simples cambios en el estilo de vida de una persona son muy efectivos para prevenir y combatir todas las enfermedades crónicas que ya no son simple epidemias, sino pandemias, como padecimientos cardíacos, diabetes tipo 2, cánceres de próstata y seno, enfermedades autoinmunes, hipertensión, colesterol alto y obesidad.

No se requiere hacer grandes cambios, sino simples ajustes específicos en la dieta y en el estilo de vida. Y son los mismos para todas las enfermedades. Y, aunque los genes muchas veces nos hacen propensos a ciertas enfermedades, no por eso debemos dejar que nos controlen la vida. Lo que queremos lograr, en esta época de la vida, es simplificar el mensaje de salud de forma radical y poder decirle a la gente: “¿Sabe algo?, no es tan difícil, nosotros lo hemos hecho por más de treinta años; usted también lo puede hacer y le voy a mostrar cómo”.

Algunos estudios demuestran que tres de cada cuatro personas, es decir, la mayoría de los participantes con síntomas de depresión, logran superar la crisis y estar sin síntomas de depresión después de tan solo doce semanas utilizando estos simples pasos, tanto en hombres como en mujeres. Esto nos recuerda la doctora Rachel Raymond, que en su libro, “Kitchen Table Wisdom”, ilustra la diferencia entre sanar y curar. Cuando la enfermedad física se mejora de forma cuantificable, eso es la curación. Sanar es el proceso de sentirse completo. Y tiene razón en que uno nunca se logra curar. Sabemos que la tasa de mortalidad siempre termina siendo 100 %.

Sabemos que todas las personas, que todos nosotros, en algún momento, vamos a morir. Pero, aun cuando no nos podemos curar la enfermedad física, nos podemos sanar, en el sentido de que podemos usar esa experiencia de sufrimiento para mejorar nuestros vínculos, para redescubrir algo dentro de nosotros, para callar la mente y el cuerpo, con el fin de sentir paz y felicidad y mucho bienestar interno.

Empresario, consultor de nutrición y asesor en salud pública.
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