• 10/01/2020 00:00

De patrimonio, patronatos y transparencias

¿Qué pasó en los últimos 30 años en asuntos del patrimonio? La debilidad institucional resultó en un menoscabo de sus funciones relacionadas con la administración del patrimonio cultural...

¿Cuál es la institucionalidad que rige en materia de cultura? ¿Por qué es importante entender los actores en la administración patrimonial en Panamá? Lo anterior demanda hacer un repaso que organiza el tema en el contexto de la actual discusión sobre el tema de la administración patrimonial y los patronatos.

La Constitución Política, en su título tercero, capítulo cuarto, define “cultura nacional”, como aquella “constituida por las manifestaciones artísticas, filosóficas y científicas producidas por el hombre en Panamá a través de las épocas. El Estado promoverá, desarrollará y custodiará este patrimonio cultural”… incluidos “los sitios y objetos arqueológicos, los documentos, monumentos históricos u otros bienes muebles o inmuebles que sean testimonio del pasado panameño”. La Ley 63 de junio de 1974 crea el Instituto Nacional de Cultura (Inac) y la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico (DNPH). En agosto de 2019, el presidente Laurentino Cortizo sanciona la Ley 11 que crea el Ministerio de Cultura. MiCultura asume rango ministerial en materia, con todos los deberes y responsabilidades.

¿Qué pasó en los últimos 30 años en asuntos del patrimonio? La debilidad institucional resultó en un menoscabo de sus funciones relacionadas con la administración del patrimonio cultural. Los conjuntos monumentales, monumentos históricos, bienes muebles e inmuebles sufrieron abandono, amenazando su permanencia, hasta el punto de su desaparición. Ante ello, actores de la sociedad civil encontraron un nicho para apoyar la gestión cultural; así que nacen los patronatos como mecanismo que va a coadyuvar con el Estado en su tarea.

El primero de ellos es el Patronato del Museo del Canal PMUCI (1996) el cual se organiza por impulso del Primer Congreso Universal del Canal de Panamá en 1997; surge, por iniciativa de algunas personas e instituciones interesados en los temas del Canal, entre ellas, el Municipio de Panamá. El MUCI tendrá como responsabilidad administrar el primer repositorio material de carácter histórico relacionado con la vía acuática. El MUCI opera con un fuerte subsidio del Canal de Panamá. El MUCI no tiene entre sus miembros representación de una instancia académica o de investigación, limitando su alcance educativo a las mismas exhibiciones que forman parte de su actividad programática. Hay una oportunidad que no se está aprovechando. La composición, rotación de sus miembros, así como los aspectos administrativos y financieros no están claros y su ejecutoria sujeta a posibles interpretaciones y bajo opacidades no convenientes.

El Patronato de Panamá Viejo nace en esa misma temporalidad y se organiza para apoyar la gestión del sitio arqueológico. Los programas de arquitectónica dieron paso a otros de investigación en materia de urbanismo e historia colonial; generando Canto Rodado, una publicación especializada en temas de su quehacer. Una de sus debilidades es la gestión del sitio con poca presencia o participación de la comunidad donde se encuentra inserto.

Veinte años más tarde, se impulsa la creación de otros tres patronatos: uno para reabrir el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz (PMARTA), el Teatro Nacional (PTN) y el Patronato de San Lorenzo y Portobelo (PSLP). Todos estos patronatos fueron creados por ley estableciendo patronos, asignando recursos directos del Estado.

En el caso del PTN, éste se faculta para vender el patrimonio artístico y bienes muebles del teatro. ¿Es posible vender el patrimonio cultural? La respuesta a esa pregunta genera interesantes debates y sustenta algunas de las críticas que ha avanzado MiCultura y que son materia de discusión. Esto parece atender a la tendencia que generó la administración del patrimonio subacuático. El precedente lo impuso empresas privadas S.A. para su usufructo. El caso del galeón San José fue huaqueado, la empresa S.A. haría ganancias con la venta de los tesoros extraídos. La Institución reaccionó y el expolio se detuvo.

En el PSLP no veo en su proyección cómo abre espacio a la comunidad de Portobelo. ¿Cómo se potencia el desarrollo comunitario en capacitación de turismo patrimonial? ¿Son parte de la propuesta los negros congos, de recién inclusión en la categoría de Patrimonio Inmaterial de Unesco? La historia se repite y las minorías son relegadas e invisibilizadas. Hay que generar espacios y mecanismos de participación social y recordemos que estamos en el siglo XXI.

La revisión deberá extenderse a la modalidad de fundaciones privadas. Un ejemplo es El Caño –yacimiento arqueológico- cuya custodia, investigación y divulgación es depositada en manos de una de ellas. ¿Quiénes son parte de la fundación y qué relación tienen con los patronatos? ¿Por qué MiCultura pide la revisión y mecanismos de representación de la membresía? En la fundación reluce la relación de parentesco directo entre dos de sus directores y un tercero que mantiene una relación subordinada con empresas que ostentan la Presidencia del recién creado Patronato del TN. https://www.fundacionelcano.org. Esos vínculos se extienden al PMARTA, donde algunos de sus patrones fueron presidentes. ¿Conflicto de interés? Parece evidente y notorio que la gestión del patrimonio cultural panameño bajo la figura de los patronatos y fundaciones se encuentra bajo un velo de opacidad y aparente conflicto de interés.

No es mi propósito demonizar a los patronatos; éstos tienen un enorme potencial y el principal, es el de articular la participación de sectores de la sociedad en la gestión patrimonial. Los patronatos han tenido buena ejecutoría y su proyección podría ir en aumento con la inclusión de las comunidades en las cuales se encuentra inserto.

La participación y representación en los patronatos debe ser normada. Los miembros deberán ser objeto de concurso público para minimizar posibles conflictos de intereses. En el caso de los museos, es imperativa la participación de la ciencia y la academia para generar conocimiento y darle mayor proyección. La discusión pública del tema tiene que ser abierta en el interés de la nación.

Hoy por hoy, la continuidad y goce del patrimonio cultural panameño debe tener un sentido colectivo y reflejo de pertenencia de sus gentes y la expresión del fortalecimiento institucional, que tanto requiere el Ministerio de Cultura.

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