• 08/01/2013 01:00

Playas públicas

Es la estación seca y tiempo de ir a la playa. Muchos panameños se disponen a pasar un día ameno con la familia en las costas del país y...

Es la estación seca y tiempo de ir a la playa. Muchos panameños se disponen a pasar un día ameno con la familia en las costas del país y preparan a sus hijos para disfrutar de un día en el mar. Ya que muchas comunidades de playa son privadas, los que no tienen propiedades en ellas se aglomeran en balnearios como San Carlos, Farallón y Gorgona. Se bajan del carro y buscan un lugar cómodo en la arena. Otros en iguales circunstancias han traído una hielera con cerveza y ponen su música a todo volumen. La juerga continúa y poco a poco se van embriagando. Los niños algo incómodos no solo tienen que aguantarse la música, también el romanceo y la descarga de sus necesidades fisiológicas frente a ellos. Sigue llegando la gente y el representante de turno cobra 2 balboas por auto con la promesa de limpiar la playa.

La basura se acumula ya que algunos piensan que las playas son un basurero público. Un precarista ha puesto un restaurante en la entrada, la cual tiene un baño sucio y cobra 25 centavos por usarlo. El negocio es tan bueno que le alquila a un tercero para que mantenga un restaurante que no sigue los códigos básicos de salud. Las aguas negras se riegan en la entrada y los niños descalzos caminan sobre ellas.

De repente hay un tiroteo entre pandillas. Los carros se acumulan rompiendo las tuberías de los residentes. Los que viven en los alrededores salen huyendo a otros sitios ya que el tratar de poner orden se ha convertido en pelea de maleantes. Llegan turistas extranjeros buscando la belleza de las playas y se encuentran con un circo de gritadera, música fuera de control, basura tirada por todos lados y una pocilga en la entrada.

¿Son de verdad las playas públicas y públicas para quién? Los lugares públicos deben ser para el uso de todos. Deben ser públicos para familias que buscan un lugar de sosiego y no para un par de parlantes que creen hacerles un favor a todos imponiendo su música. No un lugar donde los borrachos usen el baño y tiren la basura ahuyentando a la gente decente del lugar. Las playas públicas deben ser una ventana de naturaleza la cual fomente el turismo y no una cantina diurna.

Debe existir un código de conducta para el uso de lugares públicos. El que a alguien le guste un tipo de música no es razón por la cual se la tenga que imponer al vecino. El embriagarse en lugares públicos no debe ser permitido, ya que no solo da una imagen negativa a menores sino que alarma a turistas. Cada año se ahogan personas que no saben nadar y están en estado de embriaguez.

Las playas públicas deben tener baños como en los parques nacionales. Que unos precaristas monten fondas en la playa y encima no mantengan los niveles básicos de higiene no solo es un insulto para el público en general. Es también una infracción a la salud pública. ¿Dónde está la Autoridad de Turismo, que debe ser la que cobre por el alquiler y asegurarse que los estándares básicos de higiene y decoro se mantengan?

Si queremos ser un país desarrollado debemos por lo menos actuar como si lo fuéramos. ¿Dónde en el mundo uno tiene que aguantarse la música del vecino, en qué mundo de países desarrollados se dejan las latas de cervezas tiradas para que cuando suba la marea se escondan en el mar? ¿Dónde en el mundo desarrollado una persona se orina contra un arbusto enfrente de todo el mundo? ¿Y en qué países desarrollados se tolera el uso de palabras obscenas en frente de niños, damas y público en general?

Sí, las playas deben ser públicas, pero públicas a beneficio de todos. Vale la pena ponerles una lupa a los representantes. Pareciera que están más preocupados por recoger el dinero de los vehículos que en controlar los abusos.

*EL AUTOR ES CONSULTOR EN TURISMO.

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