• 13/03/2013 01:00

Elecciones y corrupción política

El domingo 10 de marzo, con las primarias del Partido Revolucionario Democrático (PRD), inicia el torneo electoral interno de cada colec...

El domingo 10 de marzo, con las primarias del Partido Revolucionario Democrático (PRD), inicia el torneo electoral interno de cada colectivo político constituido, para escoger sus abanderados y aspirar al solio presidencial en mayo de 2014.

A estos torneos precede un Pacto Ético Electoral, promovido por la Iglesia Católica, cuyo propósito es crear un clima de paz y orden en los comicios electorales, el cual fue suscrito por los partidos de oposición.

A pesar de insistentes llamados de la Iglesia y los medios, existieron dos grandes ausentes: los partidos oficialistas Cambio Democrático (CD) y Movimiento Liberal Republicano (Molinera). Es lamentable que frente a esta sana iniciativa, los partidos de gobierno y hasta el señor presidente de la República, se hayan negado a firmar. Aún queda el amargo recuerdo de la pasada campaña proselitista colmada de propagandas sucias que socavaron la dignidad de personas y familias.

El pueblo está hastiado de históricas e insanas prácticas electoreras de los partidos tradicionales. Juegan con los sueños y esperanzas de una población ansiosa a mejorar sus niveles de calidad de vida.

Después de tantos años de decepción, con candidatos comprometidos a cambios positivos, el pueblo está molesto. Éstos políticos demagogos han profundizado los niveles de clientelismo, corrupción y deteriorado la separación de los poderes del Estado y vicios institucionalizados, entre otros. Los votantes tienen que analizar con lupa a quién darán su voto en el 2014.

A diferencia de otros periodos electivos, en esta vuelta, a pesar de las trabas y zancadillas acostumbradas por los politiqueros, dueños del juegavivo, la población percibe otras alternativas. La libre postulación y la posible entrada de nuevos colectivos al ruedo electoral, con mayor participación social, podrán suprimir el caciquismo partidista y cambiar nuestra historia de corrupción política.

Frente a este panorama, el gran desafío de quienes gobiernen será, hacer un gobierno de calidad, que responda a satisfacer las urgentes demandas sociales.

Imposible continuar con un país vanagloriado por su crecimiento económico, pero ausente de políticas públicas que respondan a un desarrollo nacional sostenible.

Es necesario que quienes gobiernen estén conscientes que para lograr la gobernabilidad se requiere respeto a la dignidad ciudadana, ello implica la consulta permanente a la población en la toma de decisiones. Evitando errores trascendentales que perjudican a la población y hacen perder credibilidad en la imagen de quienes administran. Es vital que el nuevo gobierno dirija su mirada a la recuperación y sostenibilidad del sector agropecuario, mediante estrategias focalizadas, que promuevan el desarrollo rural del país y con ello el abastecimiento de los mercados nacionales, la seguridad alimentaria y el control de la migración campo/ciudad.

Otros aspectos que requieren respuesta inminente son la salud y seguridad social. La población demanda un gobierno con sensibilidad, que no atente contra su derecho a la salud y que en vez de pensar en privatización y externalización para llenar bolsillos propios y de allegados, vele por brindar óptimos servicios de salud, incluyendo agua y recolección de basura.

Panamá requiere de Estadistas, pero para ello se necesitan líderes con sensibilidad social.

*ECONOMISTA Y EDUCADORA.

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