• 05/06/2022 00:00

A propósito de la etnia negra: ¿cuántos negros hay en Panamá? (II)

La presencia negra no solo es ostensible en Bocas del Toro y Colón, también lo es en Chepo, Pacora, Archipiélago de Las Perlas, Darién, al igual que en el “interior” (Natá, Santa María, Chitré, Monagrillo, Remedios, Alanje, Querévalo y Puerto Armuelles).

La presencia negra no solo es ostensible en Bocas del Toro y Colón, también lo es en Chepo, Pacora, Archipiélago de Las Perlas, Darién, al igual que en el “interior” (Natá, Santa María, Chitré, Monagrillo, Remedios, Alanje, Querévalo y Puerto Armuelles). Otra particularidad es que el área de mayor influencia caribeña se encuentra justamente en el área metropolitana (Panamá y Colón) que es un centro cosmopolita en donde se entrecruzan las manifestaciones culturales de las comunidades negras con otras identidades étnicas (chinos, hindúes, colombianos, ecuatorianos, peruanos, españoles, europeos mediterráneos, euroasiáticos, etc.), con todo lo que esto implica.

Es insostenible, por lo tanto, la muy difundida tesis de que el análisis de la cultura negra se agota en el examen de la población negra en las ciudades de Panamá y Colón, o que la aprehensión de la influencia afrocaribe pueda circunscribirse, exclusivamente al estudio de los descendientes de obreros antillanos que llegaron a principios del siglo pasado a laborar en la construcción del Canal de Panamá.

Si esto es así, entonces la pregunta acerca de “¿Cuántos negros hay en Panamá?” nos introduce en un nuevo terreno, sobre todo cuando todavía no hemos podido identificar los nuevos y profundos procesos de mestizaje cultural y reconstrucción étnica que han operado en las últimas décadas y que ¿nos permitirían contestar la otra pregunta central: “¿Cuántos grupos humanos en Panamá se autoidentifican” como portadores de, o como vinculados con, una tradición y una práctica social que reclama o reivindica para sí, un origen y un destino común que tiene como referente a las comunidades de origen afro en Panamá?” Es evidente que esta pregunta tiene un indudable valor heurístico, pero también, y muy importante, un potencial político y movilizador que va más allá de la simple curiosidad etnográfica o “culturalista”.

En Panamá, aun cuesta mucho trabajo enfrentar los problemas de marginación y ausencia de oportunidades de los grupos negros (ya sea de los que se autoidentifican o los que no son identificados como tales), desde una perspectiva que se aparte del “melanismo” o énfasis en la pigmentación de la piel y que, en su lugar, vaya poniendo más énfasis en la identidad étnica y en un proyecto de unidad nacional en donde se reconozcan y respeten las diferencias multiétnicas y multirraciales. Debería entenderse, que la filiación étnica no es una función exclusiva de factores genético-cromosómicos o fenotípicos, y que, por el contrario, esta correlación ha sido el producto inexorable de la conjunción de factores históricos y políticos muy concretos (V.gra. colonialismo capitalista y esclavitud).

De hecho, la identidad étnica es una construcción social que se edifica a partir de la participación de los grupos humanos en escenarios históricos, sociales y políticos muy particulares. Así, en nuestro país, la afiliación a la identidad negra se ha fortalecido, no solo sobre una base exclusivamente racial, sino apelando a la búsqueda de soluciones a problemas que han ido desde acciones reivindicativas muy concretas (acción de los obreros del Canal, lucha de los movimientos de desempleados en Colón y Panamá, beligerancia de los sindicatos obreros de la construcción en el Área Metropolitana, del movimiento de maestros, de invasores de lotes y casas abandonadas en Colón, de movimientos reivindicativos antecesores de acciones concertadas como lo es hoy la Coalición Unidos por Colón (CUCO), etc.), hasta la acción de grupos lobbistas que apoyaron tanto en EEUU como en Panamá la soberanía plena en el Canal de Panamá o la formulación de propuestas concretas de planes de desarrollo regional, por ejemplo la Respuesta Afro Panameña y Panamá/ U:S: Development Consortium- La Playita en Colon, de finales del siglo pasado, pasando por las iniciativas de la Pastoral Afro de la Iglesia Católica, de las iglesias evangélicas, protestantes, neo evangélicas y rastas en las áreas urbanas, así como a través de las diversas expresiones folclóricas, culturales, artísticas y musicales de sectores afros que reivindican un origen y un destino común.

Consideramos que una reevaluación de la cuestión étnica, desde la perspectiva que ofrecemos, ayudaría a contestar la pregunta inicial, cuya respuesta aguarda, hace buen rato, un examen profundo, inclusivo y crítico.

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