• 13/10/2010 02:00

¿Razón, pasión o qué?

Amigo lector: ¿qué tal si juntos averiguamos las reglas mediante las cuales un ser racional puede y debe gobernar sus opiniones y los ac...

Amigo lector: ¿qué tal si juntos averiguamos las reglas mediante las cuales un ser racional puede y debe gobernar sus opiniones y los actos que de ellas dependan, con el propósito de conocer aquellas cosas que afectan nuestra conducta como ciudadanos de este país? Me refiero a la facultad del entendimiento característica del hombre, en virtud de la cual concibe las cosas, las compara, las juzga, e induce y deduce unas de otras.

Un efecto del entendimiento es, cómo entender la pretensión de silenciar a los medios de comunicación, que son la única herramienta eficaz que nos permite estar informados sobre las actuaciones de los funcionarios públicos y que nos mantienen en continua comunicación con los distintos sucesos sociales, económicos y políticos. Bajo esta premisa, pretender silenciar a los medios es, totalmente desquiciante. ¿Razón, pasión o qué? Entendiendo por razón la facultad del ser humano para conocer y pensar, y que le permite formar ideas, juicios y representaciones de la realidad siendo contraria a los sentimientos. Y, la pasión es un sentimiento de gran intensidad, caracterizado por la alteración del ánimo, hasta el punto de que prácticamente anula la inteligencia y la voluntad.

Entiendo que ser periodista es una profesión de riesgo cuando se descubren verdades incómodas para algunos sectores o grupos de poder. Sabrina y Justino bien hicieron en informarnos sobre la red de corrupción en Migración que resultó ser cierta, pero, fueron condenados por injuria y calumnia después de ser absueltos. ¿Razón, pasión o qué?

El entendimiento se asemeja un poco en la comparación al olfato de los canes adiestrados para sacar aquello que buscan. Pero, hasta dónde somos tan animales en no entender que se absolvió de toda culpa a los procesados y que volverlos a condenar como que no tiene su razón de ser. La madre naturaleza nos regala el entendimiento y, el nivel académico juega un papel importantísimo. Y, me pregunto ¿qué nivel académico tienen estos jueces que condenan algo ya absuelto? ¿Razón, pasión o qué?

En el caso que nos ocupa, el señor presidente emite un indulto —aunque constitucionalmente no es viable decretar indulto por delitos contra el honor— y señala que hay abusos en la libertad de expresión y de prensa. Al señor presidente le digo: el hombre por intuición (léase entendimiento) capta las ideas y las coteja con otras que ya tiene y aquí puede emitir un juicio y llegar a comprender mejor la realidad en que se encuentra. A este respecto la libertad de prensa o de información, que muchas veces ha de incomodar a los poderosos, es interpretada por el entendimiento del que recibe la información o la noticia y, como el entendimiento no es una ciencia exacta, cada cual puede emitir un juicio dependiendo de sus intereses y del mundo en que vive sea este real o imaginario.

Sobre la libertad de expresión permítame, señor presidente: el niño desde el vientre de su madre expresa sentimientos y también lo hará desde el momento que nace; y, se nos enseña desde pequeños que debemos expresarnos con palabras, gestos, una sonrisa, un apretón de manos, un abrazo, con la mirada, a través del llanto, etc. Sin embargo, hay quienes limitan lo anterior queriendo hacer del individuo una persona total o parcialmente reprimida con consecuencias nefastas en el desarrollo de su razonamiento, convirtiéndolo en un ser frío, indiferente e insensible. Una especie de borrego y arrastrado.

Señor presidente, acogiéndome a la razón, una pregunta: ¿quiere usted pasar a la historia dejando una huella indeleble en la mente y en el corazón de todos los panameños? Sí, ¿verdad? Entonces preocúpese por entrar en sintonía con todos y en esa sintonía incluya a los periodistas; a esos que se atreven a publicar lo malo con claridad y veracidad, con los que denuncian y señalan lacras, corrupciones e inmoralidades. Enfréntese a los poderosos, quienes deciden y quienes actúan y cuyas actividades e ideas se observan y analizan gracias al trabajo de los buenos periodistas. Uno de los sinsabores como mandatario, es que, es el responsable de lo que hagan sus funcionarios y, un funcionario público no puede ser susceptible a las críticas, o sino, que se quede en su casa.

La libertad es la facultad que tiene el hombre de pensar, hablar y de actuar de una manera o de otra y, se debe hacer con el debido respeto. Es como un arma de fuego peligrosa, y, por tanto, hay que aprender a manejarla. Y así como te gusta a ti que los demás respeten tu honor y reputación, también tú has de respetar el honor y reputación de los demás. Porque si no te conviertes en un déspota al imponer tus ideas y opiniones y eso es tiranía y soberbia.

*ESPECIALISTA DE LA CONDUCTA HUMANA.

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