• 08/11/2023 00:00

La razón por la que no podrán destruir a Israel

Los árabes quieren exterminar a los judíos, mientras que los judíos quieren existir como estado judío soberano y vivir en paz

La Sagrada Escritura nos dice que Dios estableció un pacto con Abraham, el patriarca de judíos, árabes y las tres grandes religiones abrahámicas: el judaísmo, cristianismo e islam, donde Dios le prometió que se convertiría en padre de una gran nación y que sus descendientes heredarían la tierra de Canaán, rebautizada por el imperio otomano que lo conquistó como Palestina.

Dios dijo a Abraham: “Estableceré un pacto entre mí, tú y tu descendencia a través de las generaciones, (Génesis 17:7)”. Abraham tuvo dos hijos, su primogénito Ismael, cuya madre, Agar, fue comprada en Egipto para ser sierva de su esposa Sara. Ismael es considerado el progenitor de los árabes y de su profeta Mahoma. Su segundo hijo, Isaac, nacido de Sara, y su heredero legítimo, es considerado el padre de los judíos.

Bien podríamos asegurar que los conflictos entre árabes y judíos se desprenden de los conflictos entre Ismael e Isaac, reseñado en Génesis. A lo largo de la historia, Dios ha honrado su pacto con los judíos, y los ha preservado, aunque los ha castigado severamente durante siglos por el rechazo a su hijo Jesucristo, que aún continúa, por su renuencia en cumplir las exigencias del pacto, por ser infieles y desobedientes a Dios, por adorar a otros dioses y encontrarse en un estado espiritual de apostasía, pero las promesas que Dios hizo a sus antepasados serán cumplidas, porque Dios honra su pacto con Abraham, Isaac y Jacobo.

Ninguna nación podrá exterminar a los judíos. Se ha intentado a lo largo de los siglos sin éxito, porque Dios, según la Biblia, ha prometido ser escudo protector a su pueblo escogido, ya que Dios tiene planes futuros para ellos. Es una historia preescrita por el Creador, quien tiene el control del destino de Israel, que será protegido y preservado como nación hasta el día futuro de su salvación, según lo prometido. (Romanos capítulo 11).

Muchas naciones intentaron exterminar a esa pequeña nación judía que aún habita esa tierra prometida. El fracaso solo puede explicarse por la preservación milagrosa que Dios ha prometido a Israel. No hay otra explicación. La verdad, según el pastor J. MacArthur, es que “el mundo islámico y musulmán que luchan contra Israel en la tierra prometida, están luchando contra Dios mismo y definitivamente perderán. “Dios mismo redimió a la nación de Israel, la sacó de Egipto y la condujo en éxodo a la tierra prometida.Según un viejo adagio: “Quien se olvida del pasado, está destinado a repetir los errores pasados”. Adolf Hitler pretendía exterminar la raza judía para destruir el propósito de Dios a través de ellos, y por eso asesinó a seis millones de judíos en el holocausto. Hay ocasiones en que Dios envió al pueblo judío al cautiverio y los dispersó entre las naciones, pero la historia y la Biblia registran cómo Dios los preservó incluso dentro de esas naciones y los trajo de regreso a su nación; no porque sean un pueblo justo que ha rechazado a Jesucristo como su mesías y son desobedientes a Dios, sino porque Dios cumplirá su promesa y propósitos para esa nación.

El experto en conflictos de Oriente Medio, Dennis Prager, explica por qué ese conflicto es fácil de explicar, pero difícil de resolver.

Los árabes quieren exterminar a los judíos, mientras que los judíos quieren existir como estado judío soberano y vivir en paz.

El problema, sin embargo, es que la mayoría de los palestinos, otros países árabes y musulmanes no quieren reconocer el derecho de Israel a existir desde que la ONU votó en 1947 para dividir la tierra llamada Palestina en un Estado judío y un Estado árabe.

Los judíos aceptaron la partición de la ONU, pero ningún país árabe o musulmán la aceptó. Por otro lado, desde la Segunda Guerra Mundial, Palestina estuvo bajo dominio británico, quienes en 1947 decidieron dejar su control a la ONU, quien dividió a Palestina en los dos estados mencionados. Cuando el dominio británico terminó formalmente el 15 de mayo de 1948, los ejércitos de todos los estados árabes que rodean a Israel: Egipto, Siria, Irak, Líbano y Jordania, atacaron a Israel el día siguiente para destruirlo. Pero ese pequeño estado judío los derrotó. Luego, en 1967, Egipto anunció planes para destruir a Israel. Las tropas egipcias y árabes circundantes se concentraron en la frontera Israelí para destruirlo. Los judíos suplicaron a Jordania que no se uniera a la guerra, pero lo hicieron, y nuevamente Israel los derrotó, y es allí que tomó control de la ribera occidental (West Bank) y de Gaza.

Luego de eso, los estados árabes se reunieron en Sudán y anunciaron al mundo que no habrá reconocimiento, paz ni negociaciones con Israel. En 1978, Israel devolvió a Egipto la península del Sinaí, rica en petróleo, que había conquistado en la guerra de 1967, después de que Egipto firmara acuerdo de paz con Israel.

Israel ha estado dispuesto a hacer lo mismo con los palestinos bajo las condiciones de que reconozcan a Israel y firmen un acuerdo de paz.

En el año 2000, Israel acordó dar a los palestinos soberanía en más del 95% de la ribera occidental y toda Gaza. Los palestinos rechazaron la oferta y respondieron con una ola de terroristas suicidas en Israel, con el mensaje de que Israel debe dejar de existir.

Hay 22 estados árabes en el mundo. Solo existe un pequeño Estado judío en el mundo. La paz en el Oriente Medio depende del reconocimiento de la existencia del Estado de Israel de parte de los estados árabes.

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