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- 07/11/2022 00:00
Un retroceso peligroso
Mañana serán las elecciones de medio periodo en los Estados Unidos, en donde lo más seguro, es que el balance de poder entre dos de los tres órganos de Gobierno –el Ejecutivo y el Legislativo– cambie y el Legislativo se convierta en un órgano de oposición al Gobierno demócrata de Joe Biden por el resto del periodo presidencial que le queda.
Del Órgano Judicial, ese balance se perdió hace ya un par de años. Alineados ambos, Legislativo y Judicial, lo más probable es que ese cambio sea para la sociedad estadounidense, el inicio de un perverso proceso vengativo, en donde muchos logros sociales se vean en peligro, por la supuesta preservación del “american way of life”, y disminuyan los intentos de llevar a ese país a asumir el liderazgo frente a lo que las exigencias de un mundo de equidad y justicia del siglo XXI imprimen.
Cuando Trump se metió en el escenario electoral en el 2016 y ante planteamiento diversos con respecto a lo que sería su presidencia si ganara, reflexioné en torno a si esa sociedad se encontraba encaminada o no a cambios fundamentales.
A pesar de lo que representó su presidencia y la realidad que se ha expuesto, creo que la sociedad estadounidense sí está cambiando, asunto que en el escenario más amplio y transcendental es favorable y significativo. Ese cambio viene ocurriendo hace ya varias décadas. Unos, los conservadores, señalan a rabiar que Estados Unidos está perdiendo su hegemonía mundial; mientras que otros sectores, visionarios e inclusivos, abiertos a los cambios, se ven abrumados por la agresividad de los más recalcitrantes. Los últimos seis años son muestras concretas de ese peligro.
Esa sociedad está en transición; redefiniendo poco a poco, década por década, su cultura a una más incluyente en algunas áreas geográficas, en donde la aceptación por la diversidad y la tolerancia es positiva. En el llamado “corazón de la nación americana”, el asunto no es tan fácil. Los mismos demócratas por años han atizado ese fuego de “American first” o “The greatest country on the world” y ahora enfrenta el peligro de esa retórica.
El cambio, por lento que sea o que parezca que no está ocurriendo, se muestra decididamente en los millones de personas que apoyaron al candidato Bernie Sanders, por ejemplo, y que aún creen en su propuesta. Ellos son la muestra de ese grupo de la sociedad que cree realmente que ese país puede ser mejor con el concurso de todos y para todos. Están los que llevaron a Barack Obama a la Presidencia (los que tenían 18 años que ahora tienen 32, hasta aquellos que tenían 40 y ahora tiene 54 años), en términos generales, ven un Estados Unidos que puede ser diferente, pero con una serie de problemas que excluye a gran parte de la población de las riquezas y oportunidades de las cuales debieran estar beneficiándose.
El peligro está en el desinterés y la apatía en participar de un proceso que no da muestras de que pueda seguir allanando el camino hacia el cambio que ellos aspiran. Un proceso obsoleto que no necesariamente toma en cuenta el voto de la mayoría, que por el balance transicional que viene produciendo el cambio social y cultural, hace difícil la definición electoral No es el caso de mañana y el bendito colegio Electoral.
Para el resto del mundo, la agresividad por parte de los republicanos, de demostrar supremacía y poderío, particularmente en lo militar con poca consideración sobre los otros aspectos geopolíticos y fuera de un espíritu sensato de tolerancia, es el marco donde todos nos veremos gravemente afectados. En las guerras todos perdemos, por eso es importante estar al tanto de lo que ocurre a partir de mañana y poner nuestras “bardas en remojo”.
A pesar del peligroso retroceso que evidentemente se dará en la política de los Estados Unidos, deben saber que los cambios se darán, tarde o temprano, y deben asumirlo ante los grandes retos que la humanidad como conjunto viene experimentando. Les tocará redefinir su cultura que, invariablemente, irá rediseñando la conducta política en todas sus esferas de influencia y, consecuentemente, irá redefiniendo su estructura económica y financiera. Pero todos los grandes cambios humanos y sociales toman mucho tiempo y el camino que queda seguirá siendo áspero y peligroso, lleno de amenazas y retrocesos.