• 23/12/2015 01:00

Romper el círculo de reproches recíprocos

Sí: es fácil recordar los errores del otro. Es fácil acusarle de lo que está pasando. Es fácil justificar el propio punto de vista  

Sí: es fácil recordar los errores del otro. Es fácil acusarle de lo que está pasando. Es fácil justificar el propio punto de vista y las propias acciones como si fuesen la consecuencia necesaria de culpas ajenas. Es fácil apuntar el dedo contra el otro.

Es fácil actuar así, y es fácil que alguien responda con la misma moneda. Cuando esto ocurre, cuando dos individuos o dos grupos que se cierran en sus parapetos, surge y se acrecienta viciosamente un círculo de reproches recíprocos.

Pero este tipo de actitudes y comportamientos no resuelve casi nada y genera tensiones, odios, enfrentamientos, incluso guerras. Al final, ¿quién paga las consecuencias? Muchas veces los mismos contrincantes, y otras muchas veces personas inocentes que no tienen ninguna culpa en la disputa. Para evitar este tipo de situaciones hay que detener las agresiones verbales y preguntarse seriamente: ¿cuál es el bien que buscamos? ¿Cómo evitar enfrentamientos inútiles? ¿Hacia dónde dirigir los pasos? ¿Hay espacios para construir puentes que acerquen a las personas y permitan un diálogo bien llevado?

Frente a grupos o sociedades que levantan muros, que condenan (con o sin motivos suficientes) a los otros, que buscan destruir convivencias con independentismos salvajes o con guerras civiles a cuenta gotas, vale la pena el esfuerzo de hombres y mujeres dispuestos al diálogo, a la acogida, al perdón, a las iniciativas que abren corazones y entablan diálogos saludables.

Porque el mundo se destruye cuando las personas o los grupos mantienen actitudes de denuncia y de reproche repetidas cientos de veces, hasta el aburrimiento o el fanatismo. Mientras que el mundo se regenera cuando las personas o los grupos tienen miradas altas, superan acusaciones que no tienen sentido, y trabajan por la paz y la justicia.

Vivimos en un planeta herido por odios y guerras, por rencores y por actitudes de ruptura y de desprecio. Frente a tantas agresiones y tanto dolor, en el que pagan cientos de inocentes, vale la pena emprender esfuerzos para acercarnos a hablar, para defender paces justas, para proteger a los más desfavorecidos y necesitados, a través de la colaboración entre hombres y mujeres abiertos a la reconciliación y al diálogo.

SACERDOTE Y FILÓSOFO

El presidente José Raúl Mulino celebró la mañana de este jueves 18 de julio su primera conferencia de prensa matutina en el Palacio de Las Garzas. Mulino...

Lo Nuevo
comments powered by Disqus