• 24/08/2015 02:00

Rubén Arosemena Guardia: un hombre consecuente

Quienes conocimos a Rubén Arosemena Guardia en su accionar político damos fe de su profunda ecuanimidad y consecuencia. A pesar de su d...

Quienes conocimos a Rubén Arosemena Guardia en su accionar político damos fe de su profunda ecuanimidad y consecuencia. A pesar de su diferencia de edad con nosotros, fue una especie de padrino para todos los que, entre otros José Antonio Sossa, Luis Emilio Veces, José Chen Barría, en 1973 intentamos rehacer lo que quedaba del Partido Demócrata Cristiano. Algunos veteranos como Julio Rovi, Sergio Rodríguez y Pepe Salgueiro nos acompañaron en este clandestino esfuerzo.

Iniciada la dictadura los partidos políticos habían quedado en desbandada. Gente como Ricardo Arias Calderón hubo de exilarse; el Dr. Antonio González Revilla no quería saber más de política y recelaba de que unos jóvenes, sabrá Dios con qué intenciones, trataran de levantar al PDC en medio de una dictadura que no toleraba partidos y que ya había sumado a algunos panameñistas y liberales.

Rubén, como siempre le llamamos, fue ese eslabón con la vieja guardia. Había sido fundador del PDC en 1964 y uno de sus presidentes. De sus promotores desde 1960, cuando apareció como alternativa en el país. Según algunos, éramos tan pocos que cabíamos en una Volkswagen; nos decían ‘sandía', por aquello de verde por fuera, pero rojo por dentro, por nuestra defensa a los desposeídos, la justicia social y el respeto a la dignidad humana y la panameñización del Canal.

Se le conoció nacionalmente, al ser el representante del partido en la Junta de Escrutinios que en 1964, no firmó las credenciales del presidente Marco Robles, al considerar que el ganador había sido el Doctor Arnulfo Arias. Se la tenían puesta. El PDC, en su histórica trayectoria como partido permanente, denunció la corrupción de ese Gobierno y ello motivó persecución a sus dirigentes. Al Doctor Arosemena Guardia le destituyeron de juez suplente del Tribunal Tutelar de Menores y la cacería siguió con médicos dirigentes de la DC, como su presidente Antonio Enríquez Navarro, a quien trasladaron a Penonomé.

Tal acción generó la toma pacífica el 14 de octubre de 1965, hace 50 años, del Ministerio de Previsión Social y Salud Pública por parte de 25 demócratas cristianos que nos sentamos en el despacho del ministro Roderick Esquivel. La Guardia Nacional nos detuvo y en chota nos trasladaron al Cuartel Central de la avenida A. Allí nos ficharon y en horas de la madrugada nos llevaron al Juzgado Nocturno de Policía, que funcionaba en la noche en el mismo sitio del Juzgado de Tránsito. Nuestro abogado: Rubén Arosemena Guardia, siempre presente en los momentos difíciles. Nos condenaron —por órdenes superiores— a 20 días de cárcel ‘inconmutables' —un absurdo jurídico— y nos metieron en tres celdas de la Cárcel Modelo, que de ella solo tenía su nombre. El Doctor Arosemena logró nuestra libertad al octavo día de la pena.

Se distinguió como permanente asesor de los dirigentes del partido y de allí su tremenda amistad con el Doctor Ricardo Arias Calderón. En 1968 el Dr. Arnulfo Arias lo distinguió como ministro de Educación, durando en el cargo solo 11 días tras el golpe de Estado. Guillermo Endara le reconoció sus esfuerzos designándolo Notario Primero del Circuito. El presidente venezolano Luis Herrera Campins lo distinguió con su amistad y por eso Rubén nos ayudó mucho a nivel internacional. En 1968 fue, a nombre del partido, el acusador del presidente Robles, quien apoyaba descaradamente al candidato de su partido. La Asamblea destituyó al presidente, pero la Guardia Nacional, no reconoció esa actuación legislativa, conociéndose aquello como un preámbulo del golpe de Estado que se diera ocho meses después.

Se destacó como profesor de Derecho Penal en la Universidad de Panamá y fue uno de los que no regresó a dar clases luego de su reapertura en 1970, junto a Carlos Iván Zuñiga, Fabián Echevers y Lino Rodríguez Arias. Era la marca del hombre consecuente que fue Rubén y que hoy, tras un legado de honestidad y buen ejemplo nos dijo ‘hasta pronto' en el Camino hacia el Más allá a la edad de 86 años. Que Dios lo tenga en su Gloria: se la merece.

ABOGADO Y POLÍTICO.

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