Las acciones de la Contraloría se dan tras más de un mes de huelga en el sector docente que arrancó formalmente el pasado 23 de abril
El Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares, por sus siglas Suntracs, se ha definido en los últimos 30 años como un movimiento de resistencia contra medidas impopulares, implementadas por todos los gobiernos postinvasión, es decir, desde 1990 hasta la actualidad. Y esa es la causa principal de su estigmatización como un grupo de delincuentes que quiere sembrar la anarquía, por el mero hecho de molestar.
Analizaré la estructura de esa estigmatización, la lógica política de la élite comercial y cómo ha incidido en la organización psicosocial de la población. Para definir la estructura de estigmatización sobre el Suntracs es importante señalar las principales luchas del sindicato contra todos los gobiernos por postinvasión. Durante las administraciones los presidentes Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos, lucharon contra las reformas a la Caja de Seguro Social que eran lesivas para los asegurados.
Durante la gestión del presidente Ricardo Martinelli se luchó contra Ley Chorizo que buscaba eliminar los sindicatos y darle poder a la empresa privada sobre el medio ambiente. Durante estas protestas hubo varios manifestante que perdieron la vida tanto en la comarca Ngäbe Buglé, como en la provincia de Colón donde el actual presidente fungía como ministro de Seguridad Pública.
En la gestión del presidente Juan Carlos Varela se luchó por un aumento del salario para el trabajador, que la Cámara Panameña de la Construcción (Capac) se negaba a dar. Con esta lucha se logró un aumento de 14 %. En la gestión del presidente Laurentino Cortizo, Suntracs se levantó en contra de una reformas constitucionales inconsultas, y fue el eje de lucha contra el contrato ley 406 de minería a cielo abierto que le daba a la empresa First Quantum Minerals total libertad de explotar nuestros recursos de manera inescrupulosa, violando nuestra soberanía territorial. Y, en la actual administración, Suntracs se levanta una vez más como un gran movimiento de resistencia contra unas nuevas reformas a la Caja de Seguro Social que pretenden acabar con las pensiones para beneficiar al sistema financiero. Estas luchas son la génesis de una estigmatización hacia el Suntracs que se complementará con la lógica política de la élite comercial panameña. La lógica política de la élite comercial panameña está ontológicamente ligada a la lógica del mercado, dentro del marco del neoliberalismo económico. El modelo que esta élite impuso deriva de un sistema económico que pretende ser independiente a la vida, a la naturaleza y a los derechos de la población general. Esto queda cristalizado en lo que anteriormente puntualizamos: las luchas del Suntracs contra los gobiernos que estas élites controlan son un dolor de cabeza, porque afecta su lógica política e intereses económicos que han institucionalizado en el Estado para tener una hegemonía total. Y esto se evidencia en que todos los intentos de reformas a la Caja de Seguro Social son para resolver los problemas de inversión de la élite comercial.
Al ser Suntracs un obstáculo, esta élite usa los medios de comunicación como centros de poder para estigmatizar al sindicato como un banda de anarquistas, sin ningún tipo de principio. Tanto es así que han logrado que la población tenga esta de idea del Suntracs, y con este giro epistemológico se colige lo tercero: la organización psicosocial de la población por parte de la élite comercial. La organización psicosocial de la población, por parte de esta élite, se basa en una serie de estrategias de manipulación a través de medios de comunicación tradicionales y no tradicionales, que se alinean a la lógica de esta élite. Obviamente, esta serie de estrategias van encaminadas a demonizar cualquier foco de resistencia contra sus intereses económicos, en este caso del Suntracs, que es el foco de resistencia más notable. Es decir, todas las medidas impopulares que la élite impone a través de los gobiernos que controlan sus medios de comunicación, las instrumentalizan como sinónimo de progreso y bienestar.
Sin embargo, el subtexto de este discurso es la prosperidad de sus empresas en detrimento de los derechos de la población. Lo segundo se deriva de lo primero, y para lograrlo se tiene que desacreditar cualquier movimiento y presentarlo como comunistas delincuentes que quieren convertir Panamá en una Cuba o Venezuela. Y esto lo logran porque los medios de comunicación son un dispositivo donde operacionalizan las emociones de la población para crear un paradigma psicosocial en la mente de estos y crear repulsión contra estos movimientos que realmente luchan por el bien común del pueblo. De esta forma, su dolor de cabeza llamado Suntracs se explaya sobre el imaginario de la mentalidad del panameño estigmatizados como unos delincuentes que quieren crear el caos, cuando el caos lo provocan las élites. Pero es un caos disfrazado de bienestar, y consecuentemente se da la ulterior organización psicosocial de la población que es el mayor enemigo político del Suntracs, y de cualquier movimiento popular que luche por las causa legitimas del pueblo.