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- 24/02/2021 00:00
Sustentabilidad agroalimentaria
En diciembre pasado, participamos en un “Webinar” sobre el tema (que se señala en el título), auspiciado por Apanac 2021 y la Ciudad del Saber, con la participación de la Lic. Joyce Mayorga y del Dr. Arnulfo Gutiérrez, competentes profesionales representando al Idiap, del Dr. Víctor Sánchez Urrutia, secretario general del Senacyt y del Dr. Bruno Záchrisson, moderador por Ciudad del Saber.
En la actual organización del Estado panameño, el MIDA es responsable por nuestra sustentabilidad agroalimentaria y el alcance de esa responsabilidad. No obstante, fue perceptible la ausencia de un funcionario oficial del MIDA en este importante evento, cuyo aporte podría haber sido de relevante impacto en la discusión de esta problemática.
Este tema debiera ser de constante preocupación y estudio permanente de las agrupaciones políticas existentes o en formación, y de aquellos que aspiran a convertirse en estadistas visionarios con respuestas efectivas a nuestros problemas. Este abordaje estudioso y cuidadoso, anticipado, de los problemas del país es lo que conformará la plataforma ideológica que la agrupación ofrecerá al electorado en vez de un caudillaje. En palabras de la señora Angela Merkel, ex canciller de la República Federal Alemana: “Los problemas no se heredan. Se estudian de antemano para corregirlos cuando se es elegido para gobernar. Culpar a los predecesores es una salida fácil y de mediocres”.
La sustentabilidad agroalimentaria:
¿Se reduce al abastecimiento permanente de alimentos al mercado doméstico, a precios accesibles?
¿Supone un crecimiento sostenido del sector agropecuario y un aporte cada vez mayor a la economía?
¿Abarca la creación de nuevos puestos de trabajo bien remunerados y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural?
¿Entraña la constante actualización e innovación de las organizaciones oficiales del Sector y de su administración y tecnología, para aprovechar al máximo los talentos y recursos naturales nacionales?
Las presentaciones de los ponentes revelaron la promulgación de la Ley 162, nueva ley orgánica del Idiap, que lo transforma en Instituto de Innovación Agropecuaria, importante reingeniería largamente esperada para facilitar recursos y procesos para investigación e innovación. Asegurémonos de que su VISIÓN y OBJETIVOS coinciden con la VISIÓN y OBJETIVOS generales del MIDA. Para el Sector Agropecuario debe haber UNA Visión, UN Objetivo y UN Plan Estratégico Nacional. No pueden existir diferentes planes estratégicos, producto de la visión de diferentes instituciones descentralizadas, porque la República no cuenta con recursos financieros o técnicos infinitos para tal enfoque.
Nuestras dificultades para llegar al abastecimiento pleno, sostenible y económicamente accesible de nuestras necesidades alimentarias, y el aporte cada vez menor del Sector Agropecuario al PIB, tienen su arraigo en razones fundamentales, ajenas a esta pandemia:
Pequeña extensión territorial, con una limitada superficie de tierras agrícolas de primer orden concentradas en lugares específicos.
Un microclima altamente influenciado por dos océanos muy cercanos y una orografía que ejerce una gran influencia reguladora sobre los climas locales.
Un mercado doméstico muy limitado en números como en poder adquisitivo, cuyos hábitos de consumo no siempre han favorecido a la producción nacional, excepto en los segmentos de menor poder adquisitivo.
Para observadores y expertos, como el Ing. Mario Etchelécu, padre, el Sector Agropecuario se compone hoy de los siguientes subsectores:
Las empresas productoras, integradas verticalmente, creadas por inversión financiera local, extranjera o mixta, tecnificadas, eficientes, y autosuficientes, que requieren reglas claras y estables, importantes contribuyentes al incremento del PIB agropecuario y garantes de la seguridad alimentaria doméstica y, ante todo, de la oferta exportadora del Sector.
Pequeños, medianos y grandes productores individuales, clientela mayoritaria del MIDA, principales generadores y protagonistas de las cadenas alimentarias, cuyo éxito económico depende de sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores, que quieren, pueden y saben asumir una creciente responsabilidad en la solución de sus ineficiencias, con la asistencia técnica del MIDA y sus instituciones.
Los agricultores de subsistencia, incluyendo a los pueblos indígenas, que deben ser sujetos de la oportunidad de convertirse en productores, mediante acceso al conocimiento que les permita hacer una agricultura más eficiente y ser menos dependientes y vulnerables, en forma grupal, mediante el desarrollo comunitario.
¿Cuáles podrían ser los objetivos de la sustentabilidad? ¿Hacia dónde debiéramos ir? ¿A qué debemos aspirar?
1- Aumentar la producción de alimentos hasta la autosuficiencia doméstica, inclusive a nivel de excedentes sobre la demanda, para acumular reservas de emergencias, en un plazo de cinco años.
2- Calcular con precisión los costos, rentabilidad y competitividad económica de la producción doméstica en finca, con el propósito de abaratar la comercialización de la Canasta Básica, disminuir la pobreza y elevar los niveles de bienestar humano, en un plazo de dos años.
3- Lograr la máxima tecnificación para optimizar la exportación agropecuaria con calidad, volumen y valor agregado sostenibles, con una variedad cada vez mayor de productos de alto valor y seguridad comercial, en un plazo de dos años.
4- Ampliar y robustecer el sistema de educación rural para brindar a los estudiantes rurales, incluyendo a adultos y a las amas de casa, una educación orientada a formar solucionadores de problemas y sujetos del desarrollo rural; una educación que proporcione elementos útiles que los educandos puedan aplicar en la solución de sus problemas cotidianos, en un plazo de dos años.
5- Revisar las leyes orgánicas precedentes del MIDA y de las instituciones descentralizadas, con el fin de someterlas a una reingeniería de su misión y objetivos, modernizar sus procesos de trabajo, simplificar sus estructuras y hacerlas instrumentos técnicos innovadores, en un plazo de 180 días.
Ello requiere elaborar un Plan Estratégico a cinco años, revisable anualmente, con metas específicas, realistas, medibles y pertinentes a las necesidades nacionales, que asigne claras responsabilidades por los resultados. Es indispensable que el Plan contenga una oferta exportadora sostenible de productos de calidad que permitan capturar mercados extranjeros de alto valor y seguridad comercial. Debe garantizar un medio ambiente en equilibrio seguro y amigable para las futuras generaciones y el crecimiento del Sector, y debe contemplar medidas de mitigación para contrarrestar los efectos del Calentamiento Global comprobados y advertidos por la FAO. Este es un trabajo que puede encomendarse “ad-honorem” a los gremios de productores y profesionales para ser efectuado al margen de la crisis sanitaria y entregado en 120 días a la Autoridad competente.
Debe explorarse la conveniencia de que las instituciones de enseñanza media y superior, bajo la dirección de un INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS AGROPECUARIAS, definan el pensum de la enseñanza aplicada de ciencias agropecuarias, agroindustriales y agroempresariales, de la mano con el nuevo INSTITUTO DE INNOVACIÓN AGROPECUARIA. Esta es una labor de doble vía, que debe hacerse en permanente contacto con los productores, extensionistas y comunidades rurales, que permita la pronta transferencia de nuevas tecnologías y conocimientos, así como una conciencia actualizada de los problemas que afectan a los productores y comunidades rurales.
Obviamente, es de rigor honrar todas las disposiciones vigentes a nivel internacional sobre Salud Animal, Sanidad Vegetal y Cuarentena Agropecuaria, y cualquier otra disposición o tratado internacional de los cuales la República de Panamá sea signataria o partícipe.