• 08/10/2023 11:07

Una tarima y 100 mentiras

"No era una tarima, y menos un Palco de Honor, para huir de los afectados. Es un Mirador para tomar conciencia y ayudarles, porque el drama que les afecta no espera"

Hubo un tiempo en el que los panameños siempre pusimos al país por delante. Una época en la que a lo interno debatíamos con fiereza, sobre temas y acciones en las que no coincidíamos. Un pasado en el que defender en el exterior el buen nombre del país, era un compromiso sagrado. Por desgracia eso quedó atrás.

A manera de ilustración presento un ejemplo de reciente data, para dejar muy claro hasta dónde somos capaces de autoflagelarnos, aun cuando en el empeño, nos llevemos por los cuernos el bien ganado prestigio nacional.

La República de Panamá, no solo su Gobierno, en el tema de la Migración irregular ha brillado con luz propia. Así ha sido reconocido por mandatarios de otros países, y por voceros de organismos internacionales de acrisolada reputación. Hemos sabido tratar en forma humanitaria, y amable, a miles de protagonistas de episodios desgarradores y hemos tocado las puertas de muchos líderes, en la búsqueda de una solución permanente y efectiva a una problemática continental que sacude hasta a los más duros de corazón.

En ese camino, logramos que don Rodrigo Chaves, el mandatario de la vecina Costa Rica nos visitara el pasado viernes para que desde el aire y sobre el terreno palpara la tragedia de quienes arriesgando sus propia vidas, se lanzan a cruzar el peligroso Tapón del Darién en búsqueda de un mejor futuro. Ese día, ganamos un gran aliado para nuestra causa. El presidente tico no solo se convenció él, sino que exhortó a sus pares del continente, a encontrar respuestas.

Pues bien, ¿qué creen ustedes que destacaron los opositores políticos internos Demostrando que nada conocen del Darién, con una miopía que da vergüenza, y en medio de una crasa ignorancia enfilaron sus cañones a cuestionar la breve permanencia de Rodrigo y Nito en un -MIRADOR- construido meses atrás por el Senafront, para divisar las casi 100 rutas fluviales y terrestres, por donde arriban los angustiados migrantes que caminan hacia Metetí o llegan a esa población a bordo de frágiles piraguas que aprovechan los amplios cauces de El Tuira o El Chucunaque.

No era una tarima carnavalera y apoteósica, construida especialmente para esta visita presidencial. No era una tarima con sillones de lujo, y neveras llenas de bebidas espirituosas. Es una rústica instalación, pero con una visión de 180 grados. No era una Tarima protocolar, para disfrutar de paisajes. Es un Mirador para observar la magnitud de una tragedia. No era una tarima, y menos un Palco de Honor, para huir de los afectados. Es un Mirador para tomar conciencia y ayudarles, porque el drama que les afecta no espera.

Es posible que algunos hayan caído en la vorágine morbosa, por desconocimiento. Pero la mayoría sí quiso hacerle daño y satanizar a dos Presidentes bien intencionados. Con muy mala fe y peor espíritu. Fácil hubiese sido preguntar, y obtener a tiempo la información correcta, antes de calumniar. Pero, más cómodo es “bochinchear” que reconocer el bien.

Para resolver esta crisis, que ya nos golpea directa y duramente, necesitamos del apoyo de otros países. Si lo intentamos solos, fracasaremos. Solo nos respaldarán, si fortalecemos el buen nombre de Panamá. Sin embargo, debe quedar claro que ese respeto indispensable jamás lo obtendremos inventando “

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