Representantes de las diferentes actividades económicas del país alertaron sobre las consecuencias que se avecinan si los cierres continúan. Hicieron un...
- 11/02/2013 01:00
Jerónimo Rodríguez Tugrí en el recuerdo
Al conmemorarse un año del martirologio del joven ngäbe Jerónimo Rodríguez Tugrí, recordamos que allá por la primera mitad de los años 90 lo conocimos siendo apenas un niño, cuando llegábamos a Llano Tugrí, a impartir seminarios sobre cooperativismo, organización, etc., en programas auspiciados por una ONG de la iglesia católica dedicada a la educación popular y a la promoción social.
No volvimos a tener noticias de él hasta febrero del año pasado, cuando en la lucha contra los proyectos mineros e hidroeléctrico, cayó abatido por la Policía Nacional (PN) en San Félix, provincia de Chiriquí. Tenía ya 27 años.
Jerónimo se había casado con Fidelina Gallego, quien en el 2011 perdió un hijo en estado de gestación producto de la represión que desde entonces se desató contra los ngäbes y bukles.
El Ing. Celio Guerra, actual presidente del XI Congreso General Ngäbe-Bukle y Campesinos, nos contó que Jerónimo se incorporó al Sindicato Único Nacional de los Trabajadores de la Construcción y Similares de Chiriquí, cuando se fundó en Las Lomas de David la barriada Sendero Luminado. Como trabajador agrícola se trasladó a Boquete con su esposa, donde se unió al Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Tierras Altas y, en las luchas por la Comarca logró llegar a San Félix con sus compañeros sindicalistas, para incorporarse a las luchas contra los depredadores proyectos mineros.
Durante las luchas del año pasado en el Oriente chiricano, Jerónimo era miembro de los ‘Buko Days’ (seguridad comarcal) y apoyaba las tareas logísticas, de quienes se quedaron a pernoctar durante más de una semana en San Félix, en el paro contra la minería e hidroeléctricas. Unos días antes de la represión del 5 de febrero, se reunió con un grupo de compañeros que estaban en el área de la cocina y les dijo que estaba dispuesto a dar su vida en esa lucha. Quienes lo escucharon no creyeron lo que él les dijo.
El 4 de febrero de 2012, el Gobierno cortó todas las líneas de comunicación. Según Guerra, él fue el último en hablar a RPC-Radio, mediante un teléfono celular que luego fue cortado. ‘Esa noche —nos dice el Ing. Guerra— unos compañeros, le hablamos a la multitud, para enfrentar la represión que podía darse al día siguiente e hicimos los preparativos ante cualquier eventualidad; se dieron instrucciones de evacuar personas mayores de edad, niños, mujeres embarazadas y personas enfermas, del área del Cruce de San Félix.’.
El día de la represión, al despuntar el día, se escucharon unas detonaciones, lo que indicaba que la PN comenzaba a reprimir.
Aproximadamente a las 7:30 a.m., en la entrada de San Félix, cayó abatido Jerónimo. Su cuerpo moribundo fue recogido por el Cacique Regional del sector ‘Nedrini’.
Fueron varias horas de resistencia en el Cruce de San Félix. Para evitar más muertes, los manifestantes decidieron retroceder hacia el poblado. Fue en este repliegue que la represión se incrementó por aire, con helicópteros que disparaban gases lacrimógenas y perdigones. La represión duró fuertemente hasta las tres de la tarde.
Aquel 5 de febrero, la PN violó dos mujeres ngäbes, una de ellas menor de edad, irrespetaron iglesias, domicilios, centros comerciales, buses de transporte colectivo, hospitales, e, incluso, arrestaron transeúntes solo por tener facciones indígenas.
A pocas horas de la muerte de Jerónimo, murió también el joven Mauricio Méndez, en Las Lomas, en una jornada de solidaridad con esta lucha. Un disparo de escopeta a quemarropa le desfiguró el rostro.
Estos crímenes permanecen impunes. El pueblo Ngäbe-Bukle clama justicia. Los familiares de las víctimas siguen sin indemnizar.
EDUCADOR.