• 03/01/2018 01:01

Sobre la vía

‘Quizás en unos años, se podrá ver el nuevo paso peatonal para mayor comodidad y sin exponer la seguridad de los usuarios. 

Un camión que se desplazaba por la avenida Ricardo J. Alfaro, conocida popularmente como Tumba Muerto en la ciudad de Panamá, impactó a un individuo hace unos días. La víctima quedó sobre la vía y murió antes que llegara la ambulancia. Allí estuvo casi tres horas en la tarde que se tornó triste y el cuerpo fue cubierto con una manta sostenida con piedras para que no se la llevara el viento.

‘El difunto es uno más del grupo de arriba de (400) personas que fallecieron en 2017, producto de hechos de tránsito'

Los agentes de policía a quienes les tocó atender el accidente, acordonaron dos tramos de la calle y trataron de dirigir la circulación de vehículos que se hizo lenta por la curiosidad o morbo de aquellos que transitaban en el lugar. Triste destino de alguien que iba por allí, al parecer —según ciertos testigos— a realizar alguna diligencia en la sucursal de la Lotería Nacional de Beneficencia, situada en la acera de enfrente del sitio fatídico.

El difunto es uno más del grupo de arriba de cuatrocientas personas que fallecieron en 2017, producto de hechos de tránsito. Pasó a la estadística, anónimo que se lleva solo la lástima de quienes vieron lo que ocurrió allí y el dolor de sus familiares que le esperaron en vano. La sorpresa de la noticia en casa, les envolvió en el luto y con el saldo irremediable; para ellos se apagaron las celebraciones de fin de año.

Después que los coches mortuorios se llevaron el cadáver, unidades policiales recogieron las cintas amarillas y dos, se mantuvieron para asistir a quienes cruzan por la línea de seguridad, cercana al acontecimiento. Todavía en la noche, un agente con un bastón luminoso permanecía en la labor. Al parecer, faroles alumbraban el sitio, que por lo general es muy oscuro. Aún en la mañana del día siguiente, se prolongaba el servicio.

‘Este atropello [...], deja entrever la vulnerabilidad de los ciudadanos que por allí cruzan, [...] se eliminó el semáforo'

En este tramo de la avenida se han hecho transformaciones, a consecuencia de la construcción un tiempo de un paso elevado de tres niveles en la intersección de la Tumba Muerto y la avenida Juan Pablo II. Con las obras se eliminó la encrucijada a la entrada de la urbanización La Alameda. Se ha creado un sector por donde pasa el público sobre una línea de seguridad que poco perciben quienes conducen y tratan de subir a velocidad el nuevo puente.

Este atropello de consecuencias funestas, deja entrever la vulnerabilidad de los ciudadanos que por allí cruzan, sobre todo en los momentos de mayor congestión, pues se eliminó el semáforo. Las horas vespertinas, de mayor confluencia de autos, camiones, buses y motos generan una confusión que perjudica al público. Se espera que baje el ritmo o que algún conductor se detenga, entonces los transeúntes avanzan con un riesgo siempre latente.

El hombre que perdió la vida al intentar desplazarse en este punto, es una advertencia. Las condiciones hacen difícil intentar jugarse la oportunidad con las máquinas que avanzan en esa ruta. Estas contingencias provocarán que la comunidad pida la construcción de un puente que implicará una lucha ciudadana para alcanzar que se ponga esta obra en algún plan de desarrollo.

Quizás en unos años, se podrá ver el nuevo paso peatonal para mayor comodidad y sin exponer la seguridad de los usuarios. Pero también, los que tendrán alguna vaga excusa para no utilizarlo y que se expondrán doblemente a sufrir cualquier calamidad con los desaforados que en el área se despreocuparán, como sucede un poco más adelante en Plaza Edison.

Es un ciclo que caracteriza a la población que requiere servirse de estos accesos. Cuando se inaugure el paso donde ocurrió este atropello, probablemente le bauticen con el nombre de este señor anónimo. Es el menor homenaje que merece quien dejó esparcida su existencia sobre esta importante arteria vial.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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