• 22/07/2012 02:00

Vía crucis moderno de Panamá

Panamá, 15 de julio de 2012. Señora Defensora:

Panamá, 15 de julio de 2012

Señora Defensora:

No se necesita ser un sabio para afirmar que la mayoría de obras, por no decir todas, del actual gobierno panameño, son producto de la improvisación, del afán de hacer eco en la historia y peor aún, de un yoísmo absoluto por parte de los gobernantes con el propósito de protagonismo.

Lo anterior se manifiesta en proyectos ejecutados a la ligera, donde, en realidad, lo último a considerar es el bienestar y la comodidad de la población, especialmente del ‘panameño de a pie’.

En esta ocasión deseo expresar mi malestar respecto al sistema Metrobús, o debo decir ‘Metro-Rojo’, el cual nos vendió la idea nuestro respetado Presidente y su ex-ministro de gobierno, que sería una maravilla. Pero para nuestro mal, no es así.

Ya los medios han mostrado muchas irregularidades como la falta de paradas bien acondicionadas; aún hay rutas en las cuales no opera el sistema y en otras los buses son como fantasmas que solo aparecen cuando llega una cámara de televisión, luego de realizada una denuncia ciudadana.

No obstante esta realidad también existen otras cuestiones respecto a este transporte masivo, con lo cual debemos lidiar a diario los usuarios. Es el mal servicio de muchos empleados hacia el público, desde el conductor que sin contemplaciones prácticamente le tira la puerta en la cara a la gente, sin dar mayores explicaciones (debo entender que hay un tiempo límite en las paradas) y voltea su mirada hacia otro lado, con la actitud de que en el bus se hace lo que a él le da la gana; hasta los trabajadores que deben guiar a las personas, pero en lugar de ello, ante una duda de alguien, responden con groserías, sin el menor grado de cortesía, o sencillamente hacen oídos sordos y dejan a las personas hablando solas.

Por supuesto que no se trata de todos los trabajadores, pero algo debe estar muy mal cuando existen muchas quejas y hasta añoranzas por el anterior sistema diablo rojo.

Este sistema traído de Colombia sí funciona en ese país, ya que fue planificado, todo tuvo su orden, tanto así que las rutas tienen sus paradas específicas por lo que se agiliza la movilización de los buses. Pero en Panamá las circunstancias han sido totalmente diferentes.

Solo nos queda esperar pacientes hasta el anhelado 2014 para ver si este malestar era solo el precio del progreso y si realmente seremos ‘Very Happy’’.

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