El Festival de Debutantes se realizó el 5 de julio en el Club Unión de Panamá. Es organizado por las Damas Guadalupanas y se realiza cada año para recaudar...
- 04/07/2016 02:02
Vienen mejores vidas para las niñas, pero necesitamos darnos prisa
Maya, una niña de 16 años del distrito de Dolakha en Nepal, ya es madre y esposa. Nepal tiene la segunda tasa más alta de embarazo adolescente en el sur de Asia, y se estima que una de cada diez niñas allí se casará por debajo de la edad de 15 años. Una gran proporción de ellas abandonará la escuela.
Pero a Maya se le ha ayudado a regresar a clases, y asiste a un Espacio Amistoso para Adolescentes en edades de 12-18. De las 22 niñas en el grupo de Maya, la mitad está casada; algunas están embarazadas, en tanto que otras ya son madres. A finales de marzo, Maya presentó sus exámenes de salida de la escuela y espera continuar su educación superior. Ella sabe que será más difícil como una mujer joven casada, con hijo. Pero ella está utilizando su experiencia para levantar la confianza de otras niñas más jóvenes: ‘Como niña, ya tú enfrentas muchas barreras. Es mejor enfocarte en tus propias metas y completar tus estudios '.
La historia de Maya muestra cómo ir más allá, describiendo la dura realidad, para cambiarla. Podemos ser llevados por un realismo optimista, enfocado en el poder de las niñas, en lugar de sus en su difícil situación, y en permitirle a las niñas aprender, liderar, decidir y prosperar.
Es entendible que nos enfoquemos en las injusticias que enfrentan las niñas —en conseguir la educación que necesitan, o que sus voces sean oídas, o simplemente, en ser una adolescente sin ser forzada al matrimonio o a la maternidad. Tenemos que demostrar repetidamente que a las niñas se les priva de sus derechos simplemente por su género. Pero si no damos igual peso a las soluciones y al progreso que hemos tenido, podemos rápidamente quedar atrapados en un defensor de la desesperación.
La confianza de decidir por ellas mismas es crítica para que las niñas mejoren sus propias vidas, pero también para acelerar más ampliamente el progreso.
Gema tiene 17 años, y es una de las más de 2300 adolescentes que forman parte del proyecto ‘Zona Libre de Embarazo Adolescente ' en Ecuador. Este promueve la participación y autoestima, para disminuir las tasas de embarazo adolescente. Ella se involucró cuando tenía 14, sorprendida por la cantidad de compañeras de clase que abandonaban la escuela cuando quedaban embarazadas. Con unas cuantas amigas, fue de puerta en puerta a hablar con las madres y padres para cambiar la mentalidad poco a poco. Su determinación la llevó a Nueva York, por invitación nuestra, a participar en la Comisión Anual sobre el Estatus de la Mujer en las Naciones Unidas; hoy, Gema asiste a la universidad a estudiar medicina.
De modo que el cambio se está dando, pero es dolorosamente lento. Imagina si nuestro enfoque sobre el embarazo en niñas estuviese guiado por la misma urgencia que la respuesta al polio; si viésemos la negación de los derechos de las niñas a la educación con el mismo enfoque. ¿Cuán más cercanos a nuestras metas estaríamos?
Es por eso que estamos lanzando una nueva asociación para llenar las lagunas de datos. Los datos reales, relevantes a las niñas, nos permitirán ver cuán rápido se progresa para terminar el matrimonio temprano y forzado, para alcanzar la paridad de género en la educación secundaria, para abolir la mutilación genital femenina y para asegurar que las niñas tienen las mismas oportunidades de trabajo que los niños.
También necesitamos ver la realidad de las vidas de las niñas, tan frecuentemente ignorada. Necesitamos oír la voz de niñas como Gema y Maya: niñas con conocimiento de las barreras, con experiencia de superarlas. Porque las personas que realmente van a cambiar las cosas son las propias niñas.
*CEO DE LA ORGANIZACIÓN POR LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS PLAN INTERNATIONAL.