• 21/05/2016 02:00

Sin pobreza a la vista

El fin de la pobreza extrema en el mundo tiene como plazo el año 2030, según la fecha que ha establecido el Banco Mundial

El fin de la pobreza extrema en el mundo tiene como plazo el año 2030, según la fecha que ha establecido el Banco Mundial. Será un objetivo difícil de cumplir, según ha asegurado la propia institución, y más cuando se tienen en cuenta la desaceleración económica global y la falta de apoyo a los nuevos mercados, pero que aun así, con un trabajo en equipo y arrimando el hombro unos con otros, se puede conseguir.

Una persona es considerada en estado de pobreza extrema cuando tiene unos ingresos inferiores a 1.90 dólares por día, según el informe del Banco Mundial. En la actualidad se ha conseguido reducir la cifra de personas en esta situación por debajo del 10 %, cuando cinco años atrás se encontraba en torno al 15 %, lo cual es una noticia muy positiva y una llamada de esperanza.

‘Esta es la mejor noticia del mundo actual: estas proyecciones nos muestran que somos la primera generación de la historia de la humanidad que puede poner fin a la pobreza extrema ', asegura Jim Yong Kim, presidente del grupo Banco Mundial. ‘Este nuevo pronóstico de la reducción de la pobreza debería darnos un nuevo impulso y ayudarnos a enfocar mejor nuestra atención con estos temas. Será sumamente difícil, sobre todo en un período de menor crecimiento mundial. Pero este objetivo sigue estando a nuestro alcance, en la medida que nuestras grandes aspiraciones estén acompañadas de planes impulsados por los países que ayuden a los millones de personas que aún viven en la pobreza extrema '.

Otro de los datos que invita al optimismo es que por primera vez en la historia, hay más personas en la clase media que en la pobreza. ‘Casi 100 millones de personas han escalado posiciones sociales y económicas entre 2003 y 2013 en América Latina para convertirse en miembros de la clase media ', afirma Kim.

Cabe destacar que mientras regiones como América Latina y el Caribe han marcado notables progresos en su lucha, con la que han logrado reducir la tasa hasta el 5,6 %, todavía hay regiones en las que son mayor objeto de preocupación y con las que habrá que remar más, como es el caso de África al Sur del Sahara, donde la tasa todavía se encuentra en un 35,2 por ciento.

El objetivo es complicado pero las predicciones son esperanzadoras; y de lograrlo, más allá del marco económico, también deben venir de la mano la integración social y una vida digna, pues detrás de estas cifras hay personas que no se pueden medir solo con números.

PERIODISTA

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