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- 12/06/2020 00:00
Viviendo con el virus
El día de mañana estaremos rondando los 20 000 casos positivos y cerca de 440 defunciones. Esta situación generará 500 hospitalizaciones y agravará la crisis que ya padece nuestro sistema de salud. Este panorama me obliga a preguntarme si los panameños, sociedad y Gobierno, seremos capaces de avanzar hacia la recuperación de la economía, mientras cuidamos de la salud, y concluyo que la pregunta no es si seremos capaces, sino ¿qué tenemos que hacer para eso? Tenemos que aceptar que viviremos con el virus por 18 o más meses y, lo que el país y todos necesitamos, es evitar una severa crisis social y económica, sin descuidar la salud.
Para comenzar, no olvidemos que los casos nuevos de esta semana se venían incubando desde hace más de dos semanas. Y es obvio que dentro de dos semanas cuando comencemos a contar los casos que se están incubando hoy, tendremos más. Pero, como también he señalado, esos casos ocurren entre la población que no cumple con las medidas de protección. Ya sea porque no las conoce, lo cual dudo; porque no tiene cómo proveerse de los medios de higiene necesarios; porque no tiene cómo guardar la distancia, porque vive en condiciones de hacinamiento que no permiten el aislamiento de personas positivas; porque los negocios y el transporte no toman las previsiones; porque las autoridades no supervisan el cumplimiento de empresas y negocios, de las guías y protocolos de bioseguridad establecidos por el Minsa; o todas las anteriores. Superar todos esos “porque”, será obligatorio, si no queremos ir para atrás.
Pero también es evidente que, si el Gobierno no cumple con su parte, tampoco podremos avanzar. Si no se descubren y se aíslan a tiempo los positivos, estos seguirán esparciendo la enfermedad. Si no se rastrean a tiempo los contactos de los primeros, pues ocurre lo mismo. Pero resulta que siguen existiendo falencias importantes en esos procesos. El tiempo de respuesta para la toma de muestra y entrega de resultados es muy largo (3-5 días), y, por ende, rastrear a los contactos y acortar el tiempo de contagio no es posible. Algunos expertos recomiendan resolver eso utilizando pruebas antigénicas y hacerle exámenes a toda la población de los corregimientos en riesgo. Sea cual sea la forma, tenemos que resolverlo; comenzando con crear la capacidad descentralizada para hacer las pruebas que sean necesarias.
Tampoco tenemos suficientes recursos humanos para llevarlo a cabo. Actualmente lo hacen los mismos médicos y enfermeras de los centros de salud, pero se necesita mucha más gente. Recomiendo explorar con la Cámara de Comercio una alianza estratégica para apoyar de forma conjunta la selección, conformación, capacitación y equipamiento apropiado de estos equipos de rastreo; los cuales además deben aprovechar para realizar campañas educativas a la población más vulnerable, mientras los médicos y enfermeras se dedican a sus labores de atención a la población.
El asunto de la escasez de los recursos humanos no es solo para la vigilancia epidemiológica. Lo más preocupante es que, si seguimos generando pacientes graves, no tendremos los recursos humanos necesarios para atender en las salas de cuidados intensivos que vayamos creando. Es evidente que hay que poner a funcionar (ya mismo) el hospital modular, y comenzar a equipar una sala en la ciudad de la salud o en otros hospitales de la CSS o el Minsa. Esa será la parte fácil, pues el país tiene los recursos financieros para crear con prontitud esos espacios para atender enfermos. Lo que no tenemos son suficientes médicos y enfermeras especialistas en cuidados intensivos. No me parece correcto ni justo para pacientes y personal, pensar en contratar médicos recién graduados para esta delicada y peligrosa labor. El país debe pensar en traer de forma temporal, médicos extranjeros con la formación y experiencia para este quehacer.
Finalmente, está el tema de si volver o no a la cuarentena, y aquí la pregunta tampoco debe ser si vamos a volver o no. Ese camino ya lo recorrimos y no resistiríamos recorrerlo nuevamente. En todo caso, habrá que considerar los cercos sanitarios en aquellos corregimientos con mayor cantidad de casos. No es justo confinar a todo el país, cuando se sabe cuáles son los corregimientos más afectados. Pero tampoco es justo encerrar a una población sin ofrecerle una solución integral a sus carencias. En esos casos, habría que garantizar la disponibilidad de espacios para aislar cómodamente a los positivos, y fortalecer la ayuda económica y social a la población que no podrá salir a trabajar.