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- 22/07/2011 02:00
Auge de capital vs déficit fiscal
ECONOMISTA Y EDUCADORA.
D iversos organismos financieros internacionales, entre ellos Moody’s, han reconocido a nuestro país como una de las economías más estables y de mayor crecimiento durante el último quinquenio.
De igual manera, informativos nacionales se hicieron eco, la semana pasada, del pronunciamiento efectuado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), al informar que en estudios efectuados por ese organismo, Panamá, con un índice de crecimiento por encima del 8.5%, será el país de América Latina con mayor crecimiento para el 2011.
Esta escala ascendente de crecimiento económico es fácilmente observable, en la multiplicidad de obras de infraestructura que se desarrollan, tales como la ampliación del Canal, construcción del Metro, ampliación y mantenimiento de la red vial, entre otros, sumados los monumentales proyectos privados de infraestructura; pero, el panameño de a pie se enfrenta diariamente a otra cruda realidad, el bajo poder adquisitivo para hacer frente a la espiral inflacionaria de precios en los bienes y servicios.
Este hecho se evidencia en informaciones reveladas por la Contraloría, en base al Censo Nacional de Población de 2010, donde la canasta básica de alimentos se situaba para mayo, de ese año, en B/.287.55. Costo que va en alza, producto del constante incremento en el precio de los productos, frente a una Población Económicamente Activa (PEA), donde se estima que más del 75% mantiene salarios inferiores a B/.600.00 y de ellos, el 45%, devenga salarios por debajo de B/.400.00, mensuales.
Debido a la bonanza económica reflejada por Panamá, durante la última década, y primordialmente a la estabilización económica lograda en un periodo donde prácticamente el mundo entero atravesaba una de las más severas crisis económicas, nuestro país resulta un imán para inversionistas, jubilados y turistas con alto poder adquisitivo, buscando nuevas oportunidades.
Este enorme flujo migratorio, de alto poder adquisitivo, incide en la demanda de productos y servicios en el mercado interno. Así como un dólar devaluado en el mercado internacional, utilizado como moneda de curso legal, sirve para hacer compras en el exterior, aumenta el costo de nuestras importaciones, sumado a la especulación de los intermediarios provoca una crecida de los precios, encareciendo el costo de la vida para los panameños.
El ‘auge de capital’, que se vive es halagador. El gobierno programa la compra de los corredores Norte y Sur, la realización de megaproyectos de infraestructura como un nuevo Centro de Convenciones en la Calzada de Amador y la continuación de la Cinta Costera, hacia el Casco Viejo.
Estas serán iniciativas de gran impacto económico, sin embargo, deben tomar en consideración que son inversiones millonarias que saldrán del bolsillo de todos los panameños, mediante el pago de impuestos, por lo cual hay que ser transparente en los procedimientos de licitaciones, a fin de evitar escándalos de corrupción por ‘sobreprecios’, incrementando la deuda pública innecesariamente, aumentando el déficit fiscal que tendremos que pagar con creces. No más contrataciones directas.