• 08/06/2025 23:00

El rol de la juventud en la democracia

La democracia es para todos, no nos equivoquemos en pensar que es sólo para los adultos y que solo se circunscribe al voto. Tenemos que cambiar ese pensamiento y participar como jóvenes en la consolidación de la misma, siendo imperante que la juventud juegue un papel proactivo, con el fin de mejorar ese sistema de gobierno, toda vez que considero que es el más justo y representativo que existe.

¿Cómo lograr que nuestra participación en la democracia sea más representativa? Se logra, primeramente, con educación, siendo nuestras primeras enseñanzas en la familia. En todo el tiempo la familia ha sido el agente educador universal y es la labor docente una de las facultades y responsabilidades propias de la vida familiar. De allí parte nuestra educación, la cual se perfecciona a través de las instituciones educativas que nos forman, sin perder de vista que no es únicamente la facultad de formarse intelectual y culturalmente de acuerdo con los fines racionales de la especie humana, sino que la educación también comprende el desarrollo cultural, físico y moral. No en vano dijo el escritor de Los Miserables, Victor Hugo: “El crecimiento intelectual y moral no es menos indispensable que el mejoramiento material. Saber es un viático; pensar es de primera necesidad; la verdad es un alimento como el pan. Una razón en ayunas de ciencia y de sabiduría enflaquece. Compadezcamos, a la par que los estómagos, los espíritus que no se nutren. Si hay algo más digno de lamentar que un cuerpo que agoniza por falta de pan, es un alma que muere de hambre de luz”.

La transparencia también juega un rol importante en nuestra participación democrática, dado que debemos exigir que la misma se incorpore constantemente como elemento indispensable en el quehacer gubernamental, convirtiéndonos los jóvenes en garantes y vigilantes de su práctica. Asimismo, debemos promover que la noción de transparencia se incorpore y se practique igualmente en la empresa privada, ya que de esa amalgama o sinergia tendremos una sociedad digna y accesible al ciudadano, estableciéndose así una relación de confianza entre quien pide o la exige y quien la da y se opone a la concepción de corrupción, siendo la transparencia el objetivo primordial que debemos tener como bastión de combate contra ese cáncer que carcome nuestra sociedad.

Nuestra participación activa es indispensable para procurar los cambios que requiere la sociedad en que vivimos, de ella depende que se logren y se cumplan los factores democráticos, como lo son: el principio de las mayorías, el cual no debe atentar contra el principio de las minorías, tener plenos derechos políticos, la existencia de pluralismo participativo y la libertad para elegir y ser elegido. Esos factores democráticos son la barrera contra los sistemas autocráticos y dictatoriales que tanto daño ha hecho y siguen haciendo a nuestra América Latina. Debido a la democracia, hoy gozamos de un país próspero y libre; si bien es cierto no es perfecto, pero con nuestro esfuerzo, unido con la educación, transparencia y participación ciudadana podremos lograr el mejoramiento de la sociedad que tanto anhelamos.

El presidente John F. Kennedy, pronunció el día de su investidura, 20 de enero de 1961: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país”. Esas palabras pronunciadas en ese momento por uno de los presidentes más joven de los Estados Unidos, sirvieron como fuerza motora y de cambio en las mentes de miles de ciudadanos norteamericanos. De la misma manera que esas palabras tuvieron su efecto positivo, nosotros la podemos cambiar por la reflexión siguiente: “No preguntes lo que el país puede hacer por los jóvenes; preguntemos lo que la juventud puede hacer por nuestro país”.

*La autora es comunicadora social
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