• 25/11/2019 00:00

Vulnerabilidad social de las mujeres, realidad que callamos

“[...] la incansable lucha ideológica de académicas y movimientos de mujeres por lograr sus derechos humanos con justicia social en el país, logró crear mecanismos para la implantación de políticas públicas que nos permiten hoy ver las desigualdades [...]”

Es tradición en Panamá conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el 25 de noviembre, para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres y reclamar el ejercicio y cumplimiento de políticas públicas para su erradicación.

Desde 1981, militantes y activistas en favor de los derechos humanos de la mujer optan en realizar acciones los 25 de noviembre como día de protestas y conmemoración contra la violencia que sufre la mujer. La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato, en 1960, de las tres hermanas Mirabal, conocidas como las mariposas. Activistas políticas de República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).

En este contexto, la Asamblea General de las Naciones Unidad estableció en 1999 que el 25 de noviembre se conmemorara como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, invitando a Gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra la mujer.

La vulnerabilidad social de la mujer como un fenómeno que es simbólico, estructurado en nuestro imaginario, pero que es palpable en las estadísticas de violencia doméstica, desempleo, embarazo en adolescente y en los datos de femicidio, está ligado e incrustado en lo más profundo de la psiquis de nuestra sociedad. Esto es alarmante para un país que está en vía de un desarrollo integral, esto confirma que esta desigualdad se origina históricamente entre las relaciones de poder.

La vulnerabilidad social de la mujer se visibiliza a lo largo de su vida, ya sea en el trabajo, la clase social, la raza, la etnia, la edad, en la política, trabajos comunitarios, donde el factor determinante son las diferencias de género, invitan a vivir situaciones de pobreza multidimensional.

Destacando la subordinación de la mujer en los espacios privados llamados estos en el hogar, con roles de cuidado de niños, niñas, enfermos, adultos mayores, subsidiando al Estado en materia educativa y de salud.

El estudio de la primera Encuesta del Uso del Tiempo en Panamá confirma esta información del doble y triple rol de la mujer en materia de cuidado y trabajo invisible.

La carga global de trabajo para los hombres es 58:34, mientras que las mujeres utilizan 67:39 horas. La diferencia de 9:05 horas, deja suponer que los hombres disponen de mayor tiempo para realizar otras actividades diferentes a las de mercado y a las domésticas.

En cuanto al total de horas promedios semanales destinadas tanto al trabajo de mercado como al doméstico, las mujeres tienen una Carga Global de Trabajo (mercado + doméstico) superior a la de los hombres.

Como podemos observar, estas inequidades de exclusión de la mujer en lo político, económico, cultural, social y de género son expresadas en la pobreza, en la violencia contra las mujeres, en la salud física y mental, la discriminación laboral y los bajos salarios.

Este ejercicio de poder son desigualdades producto de un sistema político del dominio de la vida de las personas históricamente por situaciones religiosas y culturales. En estos últimos cinco años se registraron en el Ministerio Público 82 623 denuncia de violencia doméstica a nivel nacional. Donde prevalecen las provincias de Panamá, con un 27 %; Panamá Oeste, 24 %; Chiriquí, 12 %; Colón, con un 9 %; y el distrito de San Miguelito, con 8 %. La comarca con mayor denuncia en violencia doméstica es la Comarca Ngäbe Buglé, con 99 denuncias en el 2019.

La realidad que callamos es que siguen muriendo mujeres por violencia de género. El Ministerio Público, en su página web, habla de que se registraron del 2014 hasta la fecha 111 femicidio, 49 tentativas de femicidio y 68 muerte violenta de mujeres.

La violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia global. Hasta un 70 % de las mujeres sufre violencia en su vida.

La lucha de poder y dominación está reflejada en las condiciones de vulnerabilidad que viven las mujeres simbólica y estructuralmente en la sociedad, la incansable lucha ideológica de académicas y movimientos de mujeres por lograr sus derechos humanos con justicia social en el país, logró crear mecanismos para la implantación de políticas públicas que nos permiten hoy ver las desigualdades en los distintos informes internacionales que se presentan.

Contar con estas políticas no significa que se logró el objetivo de erradicar la histórica violencia contra las mujeres y mucho menos lograr la igualdad de condiciones en los ámbitos social, político y económico.

Socióloga
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