• 06/12/2019 00:00

Fenómeno peligroso

Opinión editorial del 6 de diciembre de 2019

Las protestas sociales en varios países de América Latina han desembocado en actos vandálicos que han rebasado el control policial e incluso, los reclamos no se aplacan con ninguna medida política gubernamental. Y los partidos políticos de oposición, tampoco pueden controlar las acciones violentas, porque también esas organizaciones han sido rebasadas por los grupos anárquicos y se ha producido, en muchos casos, una verdadera situación de ingobernabilidad. El fenómeno es peligroso, porque los grupos vandálicos, aprovechándose del descontento y las protestas generalizadas, actúan como verdaderas bandas delincuenciales. Una situación de vandalismo generalizado la vivimos durante la invasión en 1989 y los ciudadanos tuvieron que salir a defender sus propiedades ante la inexistencia de una autoridad que protegiera a la sociedad. En el fenómeno de hoy, los delincuentes comunes se mimetizan con los ciudadanos que protestan pacíficamente y cuando las autoridades aplican la represión acostumbrada en estos casos se considera una violación de los derechos humanos. De allí que ante la falta de autoridad es posible que se esté dando una reacción que enfrente el vandalismo con acciones de particulares armados en defensa de sus bienes. De las experiencias vividas tenemos que obtener enseñanzas, ser previsores y vernos en el espejo de los países hermanos. Tenemos que desactivar los elementos del caos que se mimetizan en las protestas legítimas para provocar el descontento social. Hay que desactivar las bandas delincuenciales que ya se acercan a 200 en toda la República. Este peligroso fenómeno es novedoso, porque la delincuencia ha demostrado que está organizada y que tiene la capacidad de aprovecharse de una explosión social para atracar a la población productiva del país y destruir las fuentes de empleo de la propia sociedad.

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