• 14/07/2015 02:00

Corrupción carcelaria

Lo ocurrido en México debe servir de ejemplo para nuestras autoridades, quienes han prometido cerrarle el paso a la corrupción

La fantástica operación de escape del Chapo Guzmán en México ha recorrido el mundo, no tanto por su gran osadía, sino por demostrar cuán corrupto está el sistema carcelario del país azteca. Pero antes de ver la brusca en el ojo ajeno, debemos mirar hacia dentro. Aquí se escapan a cada rato y eso que también se han hecho prisiones de alta seguridad. El flagelo de la corrupción está enquistado en la sociedad y el sistema carcelario no escapa de esa realidad. La corrupción está en nuestras instituciones y es nuestro deber empezar a limpiar la casa. Justo cuando el presidente mexicano viajaba a París, el Chapo se escapaba de una cárcel de máxima seguridad. Hoy, hay sesenta detenidos, incluido el director del penal. No hay que ser un genio para concluir que definitivamente el prófugo tuvo que haber recibido ayuda de sus custodios. Pero volviendo a nuestra realidad, lo ocurrido en México debe servir de ejemplo para nuestras autoridades, quienes han prometido cerrarle el paso a la corrupción. Las recientes fugas de la Joya no tienen otra explicación que complicidad de los custodios. Empecemos por allí. Tenemos que sanear nuestro sistema penitenciario y demostrar con hechos lo que se promete. Así de simple... ni más ni menos.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones