Una deuda que supera los $70 millones reclaman a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), los productores de arroz de la región...
Las amenazas del Gobierno estadounidense sobre el Canal, ahora hablando de traer fuerzas militares a territorio panameño, pone sobre la mesa la urgente necesidad de que el Gobierno nacional ajuste sus estrategias de política exterior. La experiencia diplomática en la negociación de los Tratados Torrijos-Carter de 1977, nos recuerdan que es prioritario sumar fuerzas aliadas en la lucha por la defensa de la soberanía. Una de las virtudes de esa estrategia fue, precisamente, hacer de la causa panameña la causa de los pueblos que anhelaban un mundo de justicia y el final de cualquier forma de colonialismo. Ese ideal no solo fueron palabras; también se manifestó en acciones con el apoyo de organismos internacionales, incluso con países con los que no existía una afinidad ideológica, pero sí un fin estratégico. Debemos abandonar la ortodoxia en materia diplomática y comprender que el mundo cambió, es multipolar y las diferencias tienen que solucionarse por la vía de la diplomacia. Presidente Mulino, la causa panameña no es un “viaje en solitario”. Como ocurrió en el siglo XX, la lucha por la soberanía debe ser una causa continental.