Hay que cerrar el PAN

La desaparición del PAN ha sido reclamada por el pueblo desde que se destaparon los múltiples escándalos de corrupción que involucran a esta entidad dependiente del Ministerio de la Presidencia. En la campaña electoral se juró una y otra vez que el Programa de Ayuda Nacional desaparecería con el cambio de Gobierno. Cuando la actual administración tomó el poder, el discurso cambió. Se dijo que acabar con el PAN no iba a ser tan fácil y cumplir con esta promesa tomaría tiempo. El PAN, desde su génesis, fue una institución que se ha prestado para el clientelismo, la corrupción y la trampa. Creada como una entidad para llevar ayuda rápida en caso de verdadera urgencia, nuestros gobernantes y políticos encontraron las artimañas para convertirla en una caja menuda y una oportunidad de negociado y rebusca. Una idea noble se fue pervirtiendo, llegando a su punto de máxima podredumbre en el Gobierno pasado. Utilizando el traslado de partidas, se cometieron todo tipo de bribonadas que hoy están siendo destapadas e investigadas por nuestras autoridades. Se suponía que el cierre del PAN y la reforma a la Ley de Contrataciones Públicas se llevarían a cabo de forma inmediata, para no permitir que el aquelarre del Gobierno pasado se repitiera, en donde toda una camarilla de maleantes se enriqueció a costilla de los fondos públicos. No solo a estas alturas la ley no se ha reformado, sino que el PAN, que aún sigue en pie, tendrá un presupuesto mayor para el próximo año. Señor presidente, ¿qué espera para cerrar el PAN?