Por el bien de todos

La intransigencia no lleva a ninguna parte. Y es en esa dirección que parece encaminarse el diálogo entre gobierno e indígenas. De más está reiterarle a las partes que lo más prudente es que lleguen a un acuerdo, porque volver a los tranques de calles y a la represión policial es como si a ninguno de los dos les interesara Panamá. Los indígenas y el gobierno tienen que estar claros en que el bien común debe prevalecer, nada de sectarismos o legislaciones que favorezcan al grupo originario por un lado o concesiones que solo se otorgaron para favorecer el interés particular de unos cuantos, por el otro. No tiene sentido el argumento de que el desarrollo del país necesita llenarse de pequeñas hidros para garantizar energía eléctrica, porque la realidad es que se garantiza el negocio a unos cuatro gatos. El país necesita un plan bien estructurado que nos garantice energía eléctrica barata para nuestro desarrollo y sin perjudicar el ambiente.