El Panamá que preocupa

Los últimos quince años han sido muy difíciles para Panamá. El país ha crecido económicamente, pero no se ha hecho nada para que se desarrolle. La educación anda peor, la salud peor, la producción de agua ni hablar y ¡qué decir de la seguridad! Lo peor es que la floreciente clase media empezó a extinguirse y hoy la vemos arrinconada y todavía no se hace nada ni se piensa a futuro. Peor aún, muchas personas consideran que es extremadamente peligroso para una nación que una sola persona o grupo controle toda su iniciativa económica. Y es precisamente lo que hoy empieza a cuestionarse en el país. Y es que si un solo grupo controla la economía del país, a la larga controlará de hecho, toda su gestión política y pública. Se derivará en un culto a la personalidad y una subordinación total del resto de la clase: su tecnocracia, ejecutivos y profesionales. Ni siquiera se salvará el histórico arrabal. Como dicen muchos, será la tribalización cibernética de la sociedad. Es por esto que hay que darle un vuelco a esta sociedad, donde debemos garantizar igualdad de oportunidades y volver a robustecer la clase media. Ojalá que todos esos dirigentes políticos tengan claro dónde y cómo estamos y hacia dónde vamos. Desconocer esta realidad es condenar nuestra sociedad a futuro.