• 29/07/2021 00:00

Un Perú próspero y democrático

“[…] Pedro Castillo, […], terminó su discurso señalando que el 28 de julio de 2026 regresará a ser maestro rural en su natal Cajamarca. Entre muchas más, de eso se trata la democracia, de la alternabilidad y de no apegarse al poder”

La Constitución peruana hace coincidir la fecha de toma de posesión del presidente electo con la de sus fiestas patrias. Este año, en particular, con la celebración del Bicentenario de la Independencia, aquel 28 de julio de 1821. Esta inauguración de nuevo Gobierno no puede estar descontextualizada de un proceso electoral complejo, que tardó semanas en dar a conocer quién ocuparía el cargo de presidente de la República. Sobre el traspaso del poder se podrán hacer múltiples análisis, vale destacar la inapropiada decisión de la presidenta del Congreso de no invitar al presidente saliente al acto de posesión de su sucesor. Francisco Sagasti, un hombre de maneras sencillas y de poco llamar la atención, que comprendió, con el buen ejemplo de Valentín Paniagua, que su gestión de ocho meses era solo transitoria y que su reto era presidir las elecciones y entregar el poder a quien fuera electo, tuvo que despojarse de la banda presidencial en la puerta del Congreso. Lo hizo así, con altura y talante democrático. Diciendo que regresa a ser un ciudadano más, se despidió y se fue. Coincidentemente, Pedro Castillo, que minutos después asumió la Presidencia, terminó su discurso señalando que el 28 de julio de 2026 regresará a ser maestro rural en su natal Cajamarca. Entre muchas más, de eso se trata la democracia, de la alternabilidad y de no apegarse al poder. Con eso claro, ahora todo lo demás, los monumentales retos sociales, políticos y económicos que enfrentará. Desearle suerte y lo mejor, al Gobierno peruano que inicia, la América Latina necesita un Perú próspero y democrático.

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