Preocupa la ampliación

Los panameños luchamos por casi cien años para recobrar nuestra plena soberanía. Así, el 31 de diciembre de 1999 salió de Panamá el último soldado estadounidense de territorio istmeño y hoy gozamos, con sus altas y sus bajas, de una democracia en evolución positiva. Decidimos ampliar la vía acuática y construir el tercer juego de esclusas, obra que ganó el consorcio Grupo Unidos por el Canal de Panamá, liderado por la empresa española Sacyr. Su inauguración prevista para agosto de 2014 fue aplazada. Una serie de inconvenientes surgió en el camino, entre huelgas y reclamos incompresibles, obligaron el aplazamiento de la megaestructura, cuya inauguración ahora se presume para abril de 2016, o sea, dentro de cinco meses. Ahora nos ha surgido un nuevo escollo: filtraciones en las esclusas. Grietas que dan miedo. Que nos ponen a pensar qué tan bien está construida esta obra. Lo desconcertante es que el consorcio no ha explicado con claridad cómo va a resolver el problema y no sabemos con certeza si la obra se inaugurará en abril próximo. El Canal es de todos los panameños. Mucha gente ha derramado sangre. Panameños han ofrendado sus vidas por el Canal. Lo menos que merecemos es transparencia. Que se nos digan las cosas como son. Es preferible aplazar la inauguración, antes que hacer las cosas a la ligera y que en poco tiempo, la infraestructura colapse. ¿Es mucho pedir?