El rol que nos corresponde

La masacre de una familia en La Chorrera ha conmocionado a la sociedad panameña. Inmediatamente, el presidente Juan Carlos Varela solicitó a la Policía Nacional que actuara con rapidez y capturara a los involucrados en tan vil acción. Las órdenes del mandatario fueron acatadas y se detuvo a cinco sospechosos. Pero capturar a los posibles asesinos no es suficiente ni dará fin a la ola de violencia que vivimos. El Estado debe garantizar nuestra seguridad; empero, ellos no son los únicos responsables de que vivamos en paz y orden. La responsabilidad es de todos los que conformamos este país. Panamá ha crecido en infraestructura, en economía, somos la envidia de la región. No obstante, ese crecimiento no se ha correspondido en lo social donde, por el contrario, las cosas se han ido degradando. Vivimos en una sociedad enajenada, donde la base de todo, la familia, se ha ido fragmentando y extinguiendo. Nuestras prioridades parecieran estar mal enfocadas y lo podemos ver en todos los males que padecemos: violencia, vicios, VIH, embarazos adolescentes y demás. El Gobierno podrá crear mil y un programas e invertir millones de dólares; pero hay que mirar más adentro y preguntarnos: ¿qué está invirtiendo cada uno de nosotros?