• 30/08/2021 00:00

Seguridad

“Es hora de poner un alto, porque la percepción que se envía al mundo, con estos crímenes, es que Panamá se está volviendo inseguro y un país con miedo […]”

Si hay algo que Panamá tiene y le favorece enormemente es su seguridad. Comparado con otros países, aquí cualquier turista puede caminar por la vía sin temor a ser robado. Hay sus excepciones, pero el país es seguro y así lo reconocen organismos internacionales en sus evaluaciones. Sin embargo, los últimos meses, una serie de asesinatos tipo sicariato, ha alarmado a la sociedad. No son hechos aislados; son casos que se producen diariamente y en diversas provincias. Si bien estos asesinatos son parte del crimen organizado, los ajusticiamientos y cacerías se dan en lugares públicos. En la vía pública a pleno día, en centros comerciales, en restaurantes… Pareciera que, en este universo paralelo, a ese crimen organizado, que trabaja al margen del Gobierno y las autoridades policiales, la autoridad no le asusta y, por tanto, no la respeta. Y es tan así, que la propia autoridad clasifica estos asesinatos como “hechos aislados de peleas entre bandas, que se matan entre ellos por el control de territorios”. Y es allí donde radica el problema. Porque el discurso de “hechos aislados” viene desde hace lustros y ese crimen organizado ha crecido, se ha fortalecido y ya se da el lujo de matar a pleno día, en centros comerciales y en restaurantes. Es hora de poner un alto, porque la percepción que se envía al mundo, con estos crímenes, es que Panamá se está volviendo inseguro y un país con miedo; y, eso, es fatal para Panamá. ¡Así de simple!

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