Roles claros...

Ser el balance, en una sociedad harta de los abusos de muchos que llegan a ejercer el poder público directamente, a través del voto popular o, indirectamente, a través de designaciones, ese es el rol de la sociedad civil, organizada en diferentes grupos —cívicos, sociales y políticos. Sin embargo, ese balance puede perderse cuando ni el Gobierno escucha respetuosamente y a tiempo ni la llamada sociedad civil mide hasta dónde puede llegar con sus presiones y exigencias al Gobierno, para que haga lo que ‘sugieren’ las pocas figuras que salen a la palestra diariamente a ejercer presión, apoyadas por otros pocos o muchos, según el caso. En un país de mayorías que solo se quejan en sus casas o cuando las entrevistan para la TV, ‘mandan’ el Gobierno, y las agrupaciones de la sociedad civil, que son las que están siempre pendientes de lo que hace el Gobierno. Así de simple. Pero unos y otros deben recordar que hay leyes y una constitución. Al Gobierno le corresponde administrar respetando la Constitución y las leyes, así no hay qué cuestionarle. A la sociedad civil, le toca vigilar, estar pendiente y hacer los llamados de atención a tiempo; e igual, debe respetar leyes y Constitución. Roles y comportamientos claros, que no llaman a confusión ni a enfrentamientos innecesarios.