• 29/06/2009 02:00

Condena internacional

La fiebre reeleccionista que empezó a sufrir el presidente hondureño Manuel Zelaya se quedó chica al lado del golpe de Estado promovido ...

La fiebre reeleccionista que empezó a sufrir el presidente hondureño Manuel Zelaya se quedó chica al lado del golpe de Estado promovido por el Ejército y el Congreso de ese país. Los golpes de Estado, superados en nuestro continente —porque trastocan el orden constitucional—, deben ser condenados con energía por todos los demócratas del mundo. Bien lo dice José Miguel Vivanco, director para América de Human Rights Watch: “Permitir que este golpe de Estado se consolide sería un gran retroceso respecto al avance de democracia en la región en las últimas décadas". Todos los gobiernos del mundo deben solidarizarse con el presidente Zelaya y, en conjunto, no reconocer a los golpistas. Es lo menos que podemos hacer en nuestra lucha por el fortalecimiento de la democracia.

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