• 13/10/2009 02:00

Mala costumbre

Los panameños por conducta dejamos para después cosas indispensables de la vida, sin mirar el precio a pagar. Al ocurrir un infortunio s...

Los panameños por conducta dejamos para después cosas indispensables de la vida, sin mirar el precio a pagar. Al ocurrir un infortunio sólo nos lamentamos; aunque seamos culpables por falta de previsión. El destino es inexorable, pero está en nuestras manos no caer en errores. La ciudad crece a pasos agigantados, desafiando las nubes. Construimos rascacielos por todas partes, sin prepararnos para posibles catástrofes. Cuando La Pollera era el edificio más alto de la capital, el Cuerpo de Bomberos tenía un carro llamado Marilú (Virgen de la Luz) provisto de una larga escalera. Hoy, las cosas son diferentes, debemos progresar y velar por el bien de todos, antes de llorar más tarde.

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