Colón merece más

E scalofriante, pero no sorprendente la radiografía de Colón. Los panameños hemos sido testigos, aterrados y enmudecidos del paulatino deterioro de una provincia que hace unas décadas era una de las regiones más ricas y prometedoras del país. Sin embargo, la indiferencia, la ceguera, la incapacidad y el abandono de su dirigencia —tanto pública como privada— terminaron por cercenar las posibilidades de desarrollo de la zona y sus esperanzas. Las calles del otrora resplandeciente puerto, en lugar de estar llenas de jóvenes empresarios, estudiantes y trabajadores, se encuentran hoy dominadas por pandillas que han llenado de temor a los habitantes de una provincia repleta de riquezas, pero que tiene que convivir a diario con el desempleo, violencia, inseguridad y pobreza. Recuperar a Colón exige una mirada distinta que, más allá de lo económico, provoque un cambio de actitud del gobierno, los colonenses y los panameños todos hacia una ciudad que merece, sin duda, un futuro mejor.