El dilema de la Lotería

Encontrar un director que acabe con las malas prácticas que por años se hacen en la Lotería Nacional de Beneficencia es como ganarse el premio mayor. Es un ciclo corrupto donde el sistema se traga a los directores. Ahora que ha habido un cambio, los panameños cruzamos los dedos porque haga algo. ¿Qué diferencia hay entre la venta de tarjetas de teléfono y números de lotería? En la práctica nada, pero bajo el actual sistema de la Lotería, sí. Los compradores entonces caen víctima de los billeteros que le obligan a comprar chances casados o con los odiosos one-two. Esta práctica de los billeteros abusadores fomenta entonces los clandestinos. Pero el problema es aún mayor, cuando es más fácil ser dueño de una parrillada que vendedor de lotería, porque es un negocio que controlan los acaparadores no importa cuántas nuevas emisiones se hagan. ¿Acabará el nuevo director con este problema o caerá pronto en las garras del sistema que por la experiencia parece muy tentador?