Transparencia

L a reciente contratación directa de medio centenar de camiones de basura debe echarse para atrás. Y es que el proceso de contratación denota un claro sesgo para favorecer a alguien en particular. En pocas palabras, el proceso no es evidente en su transparencia; por el contrario, denota un fuerte olor a corrupción. El solo hecho de que se realizara el proceso en pleno Jueves Santo y que se le diera a los interesados solo ese mismo fin de semana para cumplir con todos los requerimientos, demuestra que lo que se quería no era resolver una urgencia sanitaria sino resolver económicamente a alguien en particular. Si a ello le sumamos que quien obtiene la contratación directa es una empresa cuyo dueño es amigo del vicepresidente y jefe político del alcalde. Pero como aún se está a tiempo para enderezar el entuerto y de evitar mayores cuestionamientos sobre un acto nada transparente, es hora de tomarle la palabra al vicepresidente Varela de que se convoque a una nueva licitación.