Un Favor

Sucedió con Murcia que en un tris fue capturado y deportado a Colombia, sin seguir el mínimo proceso legal. A todas luces, fue un “favorcito” que le hizo el gobierno de Martín Torrijos con la entonces procuradora Gómez al presidente Uribe de Colombia. Ahora, ocurre algo casi igual y a la vez irónico: el gobierno de Martinelli le dio asilo en un dos por tres a la principal acusada de intervención telefónica en el gobierno de Uribe, lo que se traduce en otro “favorcito” que le hace Panamá al gobierno colombiano. Lo irónico de este asilo es que —precisamente, por supuestamente haber pinchado a un fiscal, que las evidencias dejan ver claramente que estaba cometiendo un ilícito— se juzgó, condenó y sacó a la precitada procuradora Gómez. Cualquier justificación que nos den por esta última decisión gubernamental no es más que risible. Eso es ni más ni menos.