• 19/04/2011 02:00

¡Qué vergüenza!

Con la decisión anoche de la Comisión de Credenciales de la Asamblea de absolver al magistrado Almengor por las denuncias presentadas en...

Con la decisión anoche de la Comisión de Credenciales de la Asamblea de absolver al magistrado Almengor por las denuncias presentadas en su contra, queda demostrado que los diputados no querían llegar al fondo del asunto. En estricto derecho, con la renuncia del magistrado y la aceptación del presidente de la república, los diputados debieron enviar el caso al Ministerio Público para que continuara la investigación y que llamara a declarar a cada uno de los involucrados. Porque Almengor no fue el único mencionado en las estrategias de Pamago para sacar a la ex procuradora de su cargo. Lo que hizo la Asamblea no es otra cosa que echarle tierra a un escándalo y la renuncia de Almengor fue solo la res que le tiraron a las pirañas para poder pasar el hato. Con la decisión de anoche queda demostrado que el Legislativo está subordinado al Ejecutivo y que la penetración de los órganos del Estado es el pan de cada día. No gana la sensatez; gana la maleantería y así no se construye un país. ¡Qué vergüenza!

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