Agua y represión

La paciencia por la falta agua llegó a su límite en varias comunidades en Colón. Detenciones, golpes, bombas lacrimógenas e inseguridad caracterizaron lo ocurrido. Son las caras de un país que, por un lado, muestra con orgullo sus cifras económicas pero, por otro, tantas poblaciones sufren la escasez del vital líquido. El agua es uno de los problemas más graves que enfrentamos. La ineficacia del IDAAN está convirtiendo a Panamá con sus dos caras en una marca país. Así la ven columnistas internacionales como Andrés Oppenheimer en un reciente artículo sobre nuestro país. Pero esta brutal desigualdad tiene raíces profundas y ninguna publicidad estatal podrá maquillarla, pues es el resultado de un modelo económico que no resuelve las desigualdades. Es también una vergüenza que la respuesta a las demandas sociales por agua haya sido represión. Las autoridades deberían entender que sin agua las personas quedan al límite del caos. Se trata de un asunto de supervivencia y dignidad nacional.