• 12/05/2012 02:00

Nuestro mal

La sociedad se está dando cuenta de que nuestro pesar como país no es precisamente la corrupción, sino nuestra manera de pensar. La corr...

La sociedad se está dando cuenta de que nuestro pesar como país no es precisamente la corrupción, sino nuestra manera de pensar. La corrupción que hoy campea por el país es la manifestación última del mal, mas no su raíz. Esto deriva de que la mayoría de los políticos de hoy son personas que ven la riqueza material como el elixir de la felicidad. Es decir, aspirar a la riqueza material es llegar a la cúspide. Esa forma de pensar sustituyó lo que venía bien en nuestro crecimiento como nación y así lo demuestran hechos como el incidente de la tajada de sandía, la gesta del 47, la del 64 y la coronación, la entrega de la Zona del Canal. Por desgracia, permitimos que oportunistas aprovecharan el ‘boom’ económico y con el pretexto de favorecer el clima de negocios en el país para generar empleos, se adueñaron de las riquezas nacionales que hoy otro grupo –igual de avaro– se las quiere arrebatar y esa es la gran pelea que se exterioriza como un problema político, cuando es económico. Por fortuna, esa forma de pensamiento, donde lo material está por encima de lo espiritual, empieza a indigestar. Es la oportunidad perfecta para cambiar nuestro país y lograr el bienestar de todos.

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