Violencia social

Un nuevo enfoque se impone para interpretar las causas de la oleada de asesinatos que se produce en Panamá. El ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, dijo que los crímenes ya no tienen que ver, en su mayoría, con el crimen organizado, sino con la esfera de la violencia social. Pero las fronteras del crimen resultan débiles y antojadizas. La opinión oficial no se sustenta en ningún estudio independiente. El gobierno respalda sus explicaciones en unas estadísticas huérfanas de rigor científico. No obstante, la violencia y los asesinatos son inocultables. Pero guardan más relación con las raíces de otros males: la dislocación del orden institucional y la autoridad política en la sociedad. En consecuencia, en casi todas las esferas de la vida civil está germinando el caos, la impunidad y la manipulación social. Las estadísticas nacionales, más pobres que nunca, dan una imagen de una sociedad vacía de ejemplos éticos, fuerza moral y liderazgo político. La sociedad panameña resiente estos vacíos y por eso está aumentando el desorden y el crimen social.