• 27/11/2013 01:00

El último filtro

No hay duda. Las garras del crimen organizado cercan las sociedades en todo el mundo. Pero las que tienen sistemas débiles y vulnerables...

No hay duda. Las garras del crimen organizado cercan las sociedades en todo el mundo. Pero las que tienen sistemas débiles y vulnerables están en mayor riesgo. A los barones de la droga solo les interesa el dinero. Para hacerse de él necesitan controlar todo lo que puedan, sobre todo el poder político. Es así como a punta de sobornos a todo nivel intentan neutralizar los controles y acciones contra sus organizaciones. Pero como al final todo se trata de cálculos fríos, los narcos se han dado cuenta de que más eficaz que sobornar a una autoridad neutral es tener su propia voz en las esferas de poder político y financiar campañas, pues serán dineros con mejores réditos para ellos y sus actividades. En ese panorama el ciudadano es el último filtro, la barrera final ante esa avasalladora vorágine criminal. Nadie más podrá defender a la sociedad. El ciudadano tiene la responsabilidad de elegir personas que tengan una postura clara contra el crimen organizado y comprobada reputación alejada de estos grupos. Tolerar hoy vínculos tenues puede significar mañana estar bajo el control de las mafias. Entonces el retorno de la ley y el orden será casi un imposible.

Lo Nuevo