Clientelismo degradante

La política es el arte de hacer posible lo necesario, decía el filósofo e ideólogo venezolano Aristides Calvani. Desde los inicios de la democracia en la antigua Grecia, la política se erigió como la noble actividad mediante la cual los ciudadanos con vocación de servicio, ofrecían a sus comunidades el arte de sus habilidades administrativas para resolver las más sentidas de las necesidades. Poco a poco se vino desarrollando la formación de agrupaciones organizadas que se dedicaban al ejercicio de la politica y que fueron adoptando diferentes prácticas que encajaban en determinado espectro ideológico. En Panamá heredamos de Colombia los partidos Liberal y Conservador, que tuvieron vigencia durante buena parte del Siglo XX. A partir de 1980 fueron los partidos PRD - Social Demócrata - y PDC - Social Cristiano - quienes marcaron la pauta ideológica. Hoy, el panorama político es de una aridez desconcertante. El clientelismo se ha tomado el escenario, y regalar electrodomésticos o dinero en efectivo a los electores, es práctica común. Mientras tengamos como muerta, la letra de las prohibiciones establecidas en el Código Electoral, nuestra política criolla no saldrá del lamentable sumidero en que se encuentra. Retomar el sentido del otrora noble oficio, es tarea urgente.